­Para preparar a los alumnos al mundo global en el que viven y que alcancen las competencias necesarias de cara a su futuro el colegio Torrequebrada rompe con el sistema educativo tradicional e impulsa una forma de enseñar que elimina los pupitres en Primaria y lo sustituye por mobiliario con diseño propio integrado por sofás, taburetes, pizarras, tableros y terrazas.

El centro integra a los alumnos de diversas edades en una misma clase, implementa el trabajo por proyectos y se elimina el timbre que separa una asignatura de otra. Además, revaloriza la autoevaluación que hace el propio alumno y se incorpora un portfolio donde profesor y alumno hacen un seguimiento. Estas son algunas de los cambios más significativos que incluye el centro. «No creemos en un colegio con lugares, tiempos y posibilidades limitadas, alineadas, estratificadas y compartimentadas, tanto física como conceptualmente», declara la directora del centro Sonia Díez.

Con aulas que miden más de 200 metros y otras dos clases (una de ellas con paredes de espejo y un jardín exterior) el colegio incorpora toda la tecnología y dispositivos móviles que sirven a la investigación, uno de los pilares del sistema que aplican junto a la enseñanza reflexiva y el pensamiento crítico.