La tranquilidad vuelve a establecerse en Benalmádena después de las revueltas del pasado domingo entre manteros, policías y comerciantes. El resultado fue cinco agentes locales heridos leves, que sólo necesitaron asistencia en el momento pero no requirieron de ningún tipo de asistencia posterior.

Las revueltas se produjeron después de que la Policía Local detuviera a tres ciudadanos senegaleses que presuntamente estaban vendiendo material ilegal. Los agentes les requirieron las facturas y la documentación que alegase que la mercancía era de procedencia lícita, y su propia documentación pero, según cuentan fuentes policiales, estos se negaron a ello.

Según la policía, un grupo de unas diez personas se concentró en el lugar para contrarrestar la presencia policial. La Policía de Benalmádena asegura que usó «la fuerza mínima que se suele usar en estos casos» ante la negativa de estos vendedores a identificarse. Tras la detención de los vendedores ilegales, una treintena de compañeros se concentró de manera pacífica delante de la Jefatura de la Policía Local.

Ayer por la tarde los tres detenidos fueron puestos en libertad sin cargos después de prestar declaración en la Jefatura de Policía Nacional de Torremolinos.

Fuentes del Consistorio benalmadense aseguraron que se trata de hechos aislados, ya que la senegalesa está totalmente integrada en la sociedad de Benalmádena. Por ello, el edil de Seguridad, Javier Marín, mantuvo varias reuniones el domingo por la tarde y ayer lunes por la mañana para normalizar la relación con el responsable de la comunidad senegalesa.

En este sentido, el Ayuntamiento está en conversaciones con los vendedores para que cesen esta actividad y se establezcan de forma legal mediante la venta de productos lícitos. «Se les está ofreciendo la posibilidad de que formen cooperativas o cualquier otro tipo de sociedad, que opten a un puesto en los mercadillos de Benalmádena», afirma el Consistorio.

Por su parte, la presidenta de la Asociación de Comerciantes de Benalmádena (ACEB), Rosa María González, cree que son un pequeño grupo dentro de una sociedad «totalmente integrada» como es la senegalesa. Incluso afirma que estos están preocupados y tratan de convencer a los que quieren seguir fuera del control policial y jurídico.

González asegura que están en conversaciones con el Ayuntamiento y los representantes de la comunidad para dar una salida viable a estos comerciantes. «Queremos que sigan vendiendo, pero sólo si se trata de productos legales y mediante la forma jurídica pertinente, ya que son una parte del comercio benalmadense, asegura la presidenta de la ACEB.