­El proyecto que impulsa la británica Intu en Torremolinos planea la creación de un macrocomplejo de ocio y comercio sobre cerca de 200.000 metros cuadrados de superficie. Con una inversión de unos 500 millones de euros y la creación de 4.000 puestos de trabajo directos, esta iniciativa transformará significativamente el entorno del Molino de Inca.

Entre otras atracciones para el visitante, el recinto ofrecerá olas para practicar surf sobre un lago artificial que duplicará la extensión del que existe en el complejo Puerta Venecia de Zaragoza, también propiedad de Intu, o zonas de nieve artificiales ideales para esquiar sin salir de la Costa del Sol.

Actualmente, todo el proceso administrativo está resuelto a la espera de la principal autorización, la que debe cursar la Junta de Andalucía en función de lo que decida sobre la revisión del Plan General de Ordenación Urbana. Una vez superada dicha barrera se confía en tender un puente directo entre los 16 espacios comerciales que Intu posee en tierras británicas y por los que pasan al año 400 millones de usuarios.

La cadena espera que muchos de esos visitantes también quieran pasar por el espacio torremolinense cuando accedan a la provincia de Málaga para pasar sus días de descanso o vacaciones. Intu posee además otros tres centros comerciales en España, el reseñado en Aragón (Puerto Venecia), junto a otros dos en Asturias y Galicia.

Los más críticos con el proyecto malagueño, el único de estas características en toda Andalucía, señalan que sobre el papel se descuidan los «ribetes verdes que en su linaje se tienden». Pero además, la Plataforma Torremolinos Verde asegura que se actuará «en zonas perimétricas de los manantiales, en un radio de acción circundante a los acuíferos, pese a la importancia que tienen esas aguas subterráneas que abastecen a viviendas o que potencialmente pueden servir como fuente de suministro».