­Los ahogamientos en la playa en la Costa del Sol parece que no cesan este verano. Hace varias semanas, un agente de la Policía Nacional que estaba fuera de servicio, rescató con vida a un francés de 53 años a punto de ahogarse en la playa de Los Álamos, en Torremolinos. El fuerte oleaje y la corriente de resaca pudieron ser los motivos desencadenantes por los que el bañista no podía salir del mar. Tuvo que ser remolcado hasta la orilla por el agente policial además de recibir la ayuda del hijo del bañista de 14 años y un amigo de la familia. Días más tarde, la víctima remitió desde su país una carta a la Comisaria Provincial dando las gracias al policía.

El agente de la Policía Nacional declaró que la bandera amarilla ondeaba en la playa de Los Álamos. El policía se percató de que había un hombre que no podía salir del agua y tenía dificultades para mantenerse a flote por lo que decidió ir en su ayuda. El rescate se produjo en una situación límite ya que el bañista se encontraba exhausto y no podía nadar. Además, la corriente de resaca y el fuerte oleaje no dejaban realizar la tarea de rescate al agente. Agarró con firmeza al hombre por las axilas y le colocó inclinado hacia atrás para que respirara. Una vez fuera del agua, el agente recibió ayuda por parte de una tercera persona que resultó ser médico. Finalmente el bañista fue trasladado a un centro médico por una ambulancia.

En lo que va de año, el litoral malagueño ha registrado a 15 personas fallecidas tanto en playas como en piscinas. Las últimas, el pasado domingo día 28, en el que una mujer de unos 50 años de nacionalidad francesa falleció en la misma playa, y el lunes, un turista británico en el Bajondillo. Municipios como Estepona sancionan a los bañistas que no respetan las indicaciones de los socorristas relativas al estado del mar.