­El Ayuntamiento de Benalmádena afirmó ayer que «no se puede determinar» la posible existencia de un foco de leishmaniasis en el arroyo del Saltillo «a partir de un caso aislado» y recordó que no han recibido tampoco ninguna comunicación por parte de la autoridad competente en la materia (la Consejería de Salud) que les requiera de alguna actuación al respecto. Fuentes municipales respondieron así a la noticia publicada ayer por este periódico, en la que se informaba del caso de un pequeño de 14 meses que contrajo la enfermedad este pasado verano, cuando pasaba con sus padres unos días de vacaciones en una vivienda cercana a la zona, y situada en la urbanización La Leala, en Arroyo de la Miel.

El bebé fue ingresado por dos veces en el Materno con fiebre de hasta 40 grados pero no fue hasta su regreso a Madrid, donde reside la familia, cuando le fue diagnosticada esta patología, de la que afortunadamente ya se ha recuperado. Fue el abuelo del pequeño, José Prado, propietario de la casa de La Leala, el que puso el caso en conocimiento de los ayuntamientos de Torremolinos y Benalmádena y de la Consejería de Salud por recomendación del servicio público de Salud de Madrid

«Le corresponde a la Consejería definir los casos de brote y poner en marcha los protocolos correspondientes, los ayuntamientos no somos competentes en esta materia, nuestro papel se limita a transmitir la información del posible caso por si fuera de interés desde el punto de vista epidemiológico. Así se ha hecho», señala el Consistorio en un informe de la agente sanitaria municipal fechado el pasado 10 de octubre.

El escrito afirma que «es imposible determinar si el foco del vector está en el arroyo sin hacer un estudio amplio y costoso, coordinado con otros organismos oficiales». Para ello sería necesario, según se señala, conocer la encuesta epidemiológica, cotejar la aparición de los primeros síntomas con el periodo de incubación, colocar trampas de monitoreo para la captura e identificación de especies de mosquito o realizar el control de los mamíferos que pueden intervenir como reservorios (perros y animales silvestres), entre otras cuestiones.

El informe comenta que una actuación contra un posible foco de leishmaniasis requiere de una intervención «más allá de la simple limpieza y fumigación de los arroyos porque los químicos empleados son tóxicos para muchas especies y su uso debe estar justificado en un medio natural y urbano para no causar más daño que beneficio».

«Tomar medidas de limpieza y fumigación a ciegas sin un estudio previo no va a evitar futuros contagios ya que no sabemos el origen y en poco tiempo volvería a reproducirse la situación si no se ataca el problema de origen (en el caso de que el problema estuviera en Benalmádena, algo que desconocemos)», apunta.

«En cualquier caso, el coste/beneficio de una actuación especial en el arroyo, motivada por un caso aislado declarado en Madrid, sin que ningún organismo oficial nos haya comunicado el caso, ni requerido actuaciones, no está justificado. Fumigar o sanear el arroyo no va a parar nuevos casos, ya que el parásito esta ampliamente distribuido en la naturaleza en España y sí podemos causar un perjuicio al ecosistema del arroyo si fumigamos de forma indiscriminada sin un estudio previo serio, que en este caso no está justificado», añade.

Todo eso no quita, según recoge el escrito, «que el saneamiento de los arroyos tenga una importancia en la salud pública y medioambiental, y que deba abordarse en su conjunto con medidas que sean adecuadas, respetando y preservando las condiciones naturales del entorno». Asimismo, se es consciente de la «lógica preocupación» del vecino que informó del caso, José Prado.

«Estamos estudiando las actuaciones que están en nuestra mano para atender su demanda de forma racional y justificada», concluye.