El pleno del Ayuntamiento de Benalmádena aprobó ayer de manera definitiva los presupuestos para 2018, con el voto favorable del equipo de gobierno, y en contra de PP y Vecinos por Benalmádena. Las cuentas contemplan unos gastos que superan los 94 millones de euros y unos ingresos que alcanzan prácticamente los 100 millones.

El alcalde, Víctor Navas, aseguró que las cuentas permitirán continuar la senda del crecimiento, manteniendo un plazo de 30 días para el pago a proveedores.

«Aplicamos en este presupuesto políticas redistributivas. Somos de los pocos ayuntamientos que ofrece subvenciones al IBI en función de la capacidad económica de los ciudadanos, ayudando a las familias que más dificultades financieras tienen, pidiéndole un esfuerzo adicional a quienes más posibilidades tienen», subrayó Navas.

El munícipe destacó que no hay ninguna subida de impuestos, «y mantiene los servicios a pesar del deterioro que ocasionan leyes tan injustas como la de racionalización de la administración local», consideró.

Navas anunció que las cuentas de 2018 incluirán por primera vez un apartado para los presupuestos participativos, ayuda a la pobreza energética, un ahorro de casi 500.000 euros en los intereses de la deuda -como consecuencia de la amortización de los 10 millones del suplemento de crédito-, un incremento de 500.000 euros en la partida de limpieza viaria, un aumento de 360.000 euros en parques y jardines, 100.000 euros para la promoción turística y la previsión de una partida de 800.000 euros para construir viviendas sociales una vez se finalice la venta de plazas del aparcamiento de Balmoral.

«Hoy por hoy, la capacidad de financiación de este ayuntamiento es cercana a los 40 millones de euros; y el total de la deuda financiera pendiente, que a inicios de la legislatura estaba en 122 millones de euros, se sitúa en torno a los 72 millones», recalcó el alcalde.