Uno de los 13 integrantes de un grupo criminal dedicado a localizar a traficantes de cocaína para robarles la droga reconoció ayer que planearon hacerse con un alijo en Mijas en el 2015 y que murió uno de los narcotraficantes, aunque no tenían intención de matarle. El juicio comenzó ayer en la Audiencia de Málaga y en el banquillo de los acusados, además de los trece miembros de la presunta red, está sentado uno de los supuestos narcotraficantes a los que fueron a robar.

Los integrantes de la red están acusados de asaltar una vivienda para robar a dos hombres 28 kilos de cocaína y acabar con la vida de uno de ellos. Este procesado explicó que el autor del crimen fue uno de los dos cabecillas que están fugados e insistió en que no tenían intención de herir ni matar a nadie. Este encausado dijo que si la víctima no llega a sacar su arma no hubiera pasado nada y que las heridas que sufrió el fallecido demuestran que no fue una ejecución. «En un país latinoamericano matan a alguien, se queda muerto y no pasa nada. Aquí, sabemos que la policía investiga hasta el final», apostilló. El fiscal acusa a los 14 procesados por un delito de tráfico de drogas; a nueve de ellos además por un delito de asesinato; a trece le imputa un delito de falsificación de moneda y otro de robo con intimidación y uso de armas; mientras que a cinco se les acusa de tenencia ilícita de armas. En el relato acusatorio se mantiene que los procesados localizaban a personas de origen colombiano que se dedicaran a traficar con cocaína, para «urdir planes dirigidos a la sustracción de la droga, aunque para ello fuera necesario el empleo de la violencia». Para el seguimiento de los traficantes, según siempre la versión del fiscal, usaban armas, distintivos y ropas de la policía, «para disimular sus intervenciones». En este procedimiento se encuentran en rebeldía dos personas que serían los cabecillas y el resto tenía distintos roles en los seguimientos y actuaciones violentas para la intervención de las drogas. En mayo del 2015, los acusados mantuvieron una reunión en Madrid y en ella una mujer colombiana, se refirió a la existencia de una importante partida de cocaína en poder de dos hombres, ante lo que elaboraron un plan consistente en viajar a Málaga y dirigirse al lugar donde estaba la droga simulando interés por comprarla. Para ello, se hicieron con 505.900 billetes falsos e iniciaron el correspondiente seguimiento a los dos hombres que supuestamente tenían la droga. El fiscal mantiene que uno de los procesados se hizo pasar por comprador y concertó una cita con los dos hombres en un hotel de Benalmádena que estuvo vigilada por otros procesados y en la cual confirmaron que efectivamente había una gran cantidad de cocaína en una casa de Mijas. La mayoría de acusados se dirigieron a la misma y esperaron hasta que irrumpieron todos, portando varios de ellos pasamontañas y gorras para ocultar sus rasgos. Una de las víctimas intentó sacar un arma u otro objeto para defenderse pero fue reducido por los demás y tras maniatarle con unas bridas de plástico, les dispararon tres veces. El hombre falleció en el acto y los acusados se dieron a la fuga con 28 kilos de cocaína valorada en 1,1 millones de euros.