Arrasa en su estreno en EEUU y en España los vampiros de la tercera parte de la exitosa saga Crepúsculo también han dado un buen mordisco a la taquilla. Eclipse atrajo a 1.340.000 espectadores en su primer fin de semana de estreno, un 73% de la taquilla total. Sabedores de las filias vampíricas de los espectadores españoles se relegaron como competencia a algunos de los títulos más flojos, menos atractivos comercialmente, de la temporada, como Madres e hijas, La boda de mi familia y El secreto de la última luna.

Eclipse, que ha recaudado 8,5 millones de euros, acaba de convertirse en la película más taquillera y con mayor número de espectadores en sus primeros cinco días de exhibición en España del año 2010.

Cifras

Según informa en un comunicado Aurum Producciones, distribuidora de la tercera parte de la saga vampírica, el pasado fin de semana fue de Eclipse «sin lugar a dudas», ya que «ni siquiera el partido más importante de la Selección Española de Fútbol en los últimos años ha podido hacer mella en las impresionantes cifras de la tercera entrega de la saga Crepúsculo».

Pero quizás los datos no sean tan esperanzadores para la productora de la película. Y es que Eclipse logró cerca de 162 millones en entradas en Estados Unidos y Canadá.Pero un día antes, el estudio había previsto ganancias a cinco días de cerca de 173 millones de dólares. La entrega anterior, Luna Nueva, logró 165 millones de dólares en el mismo punto en noviembre pasado.

El distribuidor aseguró que la previsión del sábado era sólo una estimación preliminar, y que no le preocupaba que Eclipse tuviese un inicio más lento que Luna Nueva.

En esta ocasión, la tercera parte de la saga, creada por la novelista Stephenie Meyer, llega a la gran pantalla con más escenas de lucha de vampiros y hombres lobo, más efectos especiales, y un triángulo amoroso, que se establece entre Edward (Robert Pattinson), Bella (Kristen Stewart) y el fiel Jacob (Taylor Lautner). Su director, David Slade, explicó que con Eclipse quería construir un drama «con algo de realismo mágico». «Prefiero lo real a demasiados efectos especiales», alegó el cineasta, autor también de Hard Candy y 30 días de oscuridad.