Es uno de los rostros del panorama musical con mayor reconocimiento nacional, al tiempo que ha puesto la banda sonora a más de una generación. Joan Manuel Serrat habla de su presente y futuro con la humildad que le dan décadas subidas a un escenario.

¿Esperaba que su disco de canciones sobre poemas de Miguel Hernández fuera número uno en ventas?

Cuando yo me puse a trabajar en este proyecto no pensé en todo esto y cuando lo terminé lo único que me importaba era terminar un trabajo a mi plena satisfacción, y me parece maravilloso que a la gente también le haya hecho sentir lo mismo.

¿A qué atribuye este éxito?

Yo no puedo contestar a eso. Supongo que hay una serie de factores que están detrás. Desde luego el éxito no se atribuye a la magia, ni a la casualidad, ni a ningún accidente.

Durante la guerra civil el poeta Miguel Hernández fue un símbolo de libertad para mucha gente, para aquellas generaciones. ¿Qué valor cree usted que las nuevas encuentran en este poeta?

Durante la Guerra Civil, Miguel Hernández fue un ignorado, absolutamente.

Y lo siguió siendo durante muchísimos años hasta que la gente lo ha ido rescatando.

Lo han ido rescatando a partir de su realidad poética, porque no ha sido gracias a que haya tenido una gran difusión, como no la tuvieron ninguno de los poetas perdedores de la guerra, que fueron la mayoría, y como no la ha tenido la literatura tampoco. Por eso este rescate de Miguel Hernández me parece muy valioso, muy importante, y me gustaría, personalmente, que esto fuera mucho más allá del centenario de su nacimiento.

Parece que la deuda que la sociedad tenía con él ya se ha saldado. ¿Qué opina de la deuda de la justicia?

Yo no creo que haya más deuda que la que pueden tener aquellos que tienen en sus manos la posibilidad de difundir y de colaborar a que no solo la obra de este poeta trascienda, sino en general, que trascienda todo aquello que nos puede ayudar a todos a mejorar como especie. Y la figura de Miguel Hernández, como la figura de cientos de miles de españoles, sigue pendiente de decisiones judiciales.

Piensa usted que la poesía y la cultura deben estar más allá de las ideologías políticas?

Todo el mundo sabe perfectamente que todo lo que se hace es político. Todo tiene un fondo político. No hay ningún acto que el ser humano haga que no tenga una intención política. Voluntaria o involuntaria, pero al fin y al cabo política. A fin de cuentas, las diferentes opciones políticas no responden a otra cosa que a diferentes maneras de entender la vida.

Nada se puede desligar de la política.

Después de Miguel Hernández, ¿hacia dónde va a seguir su camino?

Pues no se lo puedo decir exactamente. Supongo que seguirá, y es mi intención también, que siga por el camino del trabajo, de la creación, de seguir viviendo con ilusión este oficio mío, que a mi personalmente me produce muchas satisfacciones. Todo tiene que seguir avanzando. Pero de momento estoy especialmente volcado en este proyecto, en estos conciertos de Hijo de la luz y de la sombra.

¿Qué quería decir usted con la frase «que crezca pronto y mucho, que no hay tiempo para esperar» que pronunció cuando le entregaron el esqueje de la higuera de Miguel Hernández?

Pues me refería a eso mismo, a que crezca pronto porque quiero comerme los higos estando yo en buenas condiciones. Cuando dije que no había tiempo quería decir que la vida es muy corta. En la vida hay muchas cosas que hacer, muchas ideas que gestar y por tanto está bien que la higuera crezca sana y rápido, porque el tiempo es escaso.