Devota & Lomba convierte su pasarela en un auténtico bosque, en el que los modelos lucen propuestas recién sacadas de la naturaleza. Vestidos asimétricos de aberturas imposibles, una paleta de colores que toca todos los tonos de posibles, en los que predominan las gasas y las sedas que dejan entrever gran parte de la anatomía de la mujer.

Nos refugiamos en un sistema vegetal, caótico, virgen, enmarañado, impenetrable, silencioso, solo con la música tribal de sonidos rítmicos, de aves e insectos, de aborígenes desconocidos, un hábitat natural que perdemos irremediablemente en busca de un nuevo totem.

De ese hábitat natural surgen mujeres convertidas en auténticas criaturas silvestres, luciendo propuestas que imitan no sólo las hojas de los árboles que inundan el bosque de Devota & Lomba, sino que recurren a una paleta de colores que va desde el verde, pasando por el turquesa y el fucsia hasta colores más salvajes y ácidos como el naranja y el rojo pasión.

Estas habitantes del bosque apuestan por las aberturas infinitas entre las que brotan kilométricas piernas, cortes asimétricos por los que se asoman brazos y hombros y colores que dan la bienvenida a una temporada primavera-verano muy fresca.

Devota & Lomba combina esta línea de vestidos veraniegos con unos propuestas más sobrias en tonos grises, blancos y negros, entre las que siguen destacando las asimetrías, pero con tejidos como los acolchados, los estampados de cocodrilo en telas sintéticas o las gasas.

Entre los invitados que presenciaron el desfile del modisto, destacó la presencia de Fernando Gómez-Acebo junto a su mujer Mónica Martín Luque, la actriz Marina San José, Ana Bono, así como la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre.