El Museo Picasso de Málaga aborda en su nueva exposición temporal, 'Los juguetes de las vanguardias', que se inaugura hoy, la atención que prestaron las vanguardias artísticas a la infancia durante la primera mitad del siglo XX, cuando destacados creadores concibieron juguetes, mobiliario y otros objetos dirigidos a los niños.

El propio Picasso fue uno de ellos, y creó por ejemplo, a partir de los desechos de una mesita para el televisor, un caballo de metal que siempre fue "importante" para el destinatario del regalo, su nieto Bernard, como ha recordado hoy éste durante la presentación de la exposición, en la que está incluido este caballo.

Menos fortuna tuvo el artista malagueño al decorar para su hijo Paul -padre de Bernard- un coche de juguete, también presente en la exposición, que no tuvo la acogida esperada.

"Picasso no sabía conducir ni sabía nada del funcionamiento de los coches. Cogió un coche de madera y empezó a pintarlo muy bien, pero al final pintó el suelo del coche como una cocina, con rombos blancos y negros. Mi padre nunca quiso jugar con un coche que tenía el suelo como una cocina", ha relatado Bernard Ruiz-Picasso.

Algunos artistas "quisieron hacer una propuesta industrial para cambiar los hábitos del niño e introducirlo en los supuestos del arte moderno", ha explicado Carlos Pérez, comisario de la exposición junto al director artístico del Museo Picasso, José Lebrero.

Crearon "productos nuevos para una sociedad que se pretendía nueva, en una época muy utópica, la de Entreguerras, en la que se pensaba que no habría nuevos conflictos", ha apuntado Pérez, que ha añadido que además eran artistas "que hablaban de igualdad y de que no había ninguna raza superior".

Los grandes artistas del siglo XX, por su parte, "no se plantearon hacer una cuestión industrial", sino que hicieron "un guiño al niño moderno".

En autores como Torres García la frontera es difusa "y no se sabe si empezó un cuadro como un juguete o a partir del cuadro se generó un juguete, porque él decía que pintar y hacer juguetes es la misma cosa", ha señalado Carlos Pérez.

Para José Lebrero, ésta "no es una exposición de juguetes, sino de cómo entendieron el juguete los creadores de las vanguardias", y la muestra "plantea muchas preguntas".

Entre estas cuestiones figura el papel que desempeñó "la infancia para los creadores, como concepto moderno en la época a partir del siglo XIX en que se empezó a entender que el niño podía tener otro papel en la sociedad que el que había tenido anteriormente".

También invita a "plantearse si todo lo que hace un artista es una obra de arte", puesto que "hay trabajos muy íntimos y dedicados por un artista a una persona en concreto", aunque "con un alcance estético y una intensidad inaudita".

Con más de medio millar de piezas entre juguetes, mobiliario, documentos y otros artículos, reunir la exposición ha sido "difícil", porque, "por ejemplo, las marionetas de Paul Klee para su hijo salen difícilmente de su Fundación en Berna", ha apuntado el director artístico del Museo Picasso.

La exposición, que ha sido presentada por el consejero andaluz de Cultura, Paulino Plata, permanecerá instalada hasta el 30 de enero.