Desde ayer, el flamenco ocupa el lugar que le corresponde por derecho propio. Este fue el sentimiento general que ayer se respiraba en el mundo del arte jondo tras el reconocimiento de esta expresión artística como Patrimonio Inmaterial de la Unesco. El Comité Intergubernamental de la Unesco decidió ayer en Nairobi incluir esta candidatura así como las otras cuatro presentadas por España: el canto de la Sibila de Mallorca, los castells catalanes, la dieta mediterránea y la cetrería.

Cantaores, bailaores y guitarristas populares del mundo del flamenco se arrancaron con bailes y palmas de alegría al conocer la noticia, que también fue celebrada por los representantes políticos andaluces y por todo el mundo de la cultura. La Agencia Andaluza de Flamenco fue el punto de encuentro de artistas como El Lebrijano, Cristina Hoyos, Manuela Carrasco, Fosforito y Chiquetete, quienes junto a otros compañeros y representantes de la Administración celebraron la decisión de la Unesco. «Hemos luchado mucho. Antes los flamencos éramos considerados pendencieros y borrachos, pero gracias a Dios esto ha cambiado», comentó emocionado Fosforito mientras miraba, con lágrimas en los ojos, a sus compañeros artistas bailar de alegría.

En términos parecidos se pronunció El Lebrijano, que reconoció que los artistas de su generación han sido «los que han puesto la primera piedra» para el reconocimiento del flamenco, y que son los jóvenes talentos «los que tienen que recoger la antorcha y hacer su propio movimiento».

Por su parte, el presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, aseguró que con esta distinción no termina «ningún camino», pues van a «seguir trabajando» junto a todo el mundo flamenco «para demostrar que la Unesco llevaba razón». «El flamenco ya era patrimonio universal y ahora se reconoce oficialmente».

Flamenco en las aulas

Del mismo modo, Griñán aseguró que promoverá en los próximos meses la creación de un grupo de trabajo que se encargue de estudiar la inclusión del flamenco en el currículo escolar, iniciativa que responde a una «demanda histórica» en Andalucía y que tendría como objetivo «facilitar que los niños y niñas tengan acceso al conocimiento del flamenco desde temprana edad».

Del mismo modo, el vicepresidente tercero y ministro de Política Territorial, Manuel Chaves, celebró la noticia y confió en que este reconocimiento suponga una mayor proyección del flamenco tanto dentro como fuera de nuestras fronteras.

También, el presidente del Partido Popular andaluz, Javier Arenas, calificó de «justicia» el reconocimiento «pese a la trascendencia que ya tiene el flamenco en todo el mundo», mientras que el consejero de Cultura, Paulino Plata, presente en Nairobi, destacó la alegría por la aprobación «unánime» de la inclusión del arte jondo en el listado de la Unesco. Plata subrayó que España ha recibido un «gran aplauso» de los países presentes en Nairobi y que representantes de países como México, Paraguay, Francia, Portugal o Japón se acercaron a la delegación andaluza para «expresar su simpatía por esta apuesta».

El flamenco «ha sido minusvalorado, incomprendido y en alguna que otra etapa, humillado. Aunque desde la llegada de la democracia y la libertad ha tenido un desarrollo vertiginoso», destacó Paulino Plata, que confirmó la promesa de que «la Junta no perderá el compás para que el flamenco evolucione».

La decisión de la Unesco de reconocer al flamenco como Patrimonio Inmaterial cierra un círculo que abrieron en 1922 el compositor Manuel de Falla y el pintor Ignacio de Zuloaga cuando pretendieron que tuviera rango de arte universal, aseguró el director del INAEM, Félix Palomero. El guitarrista Tomatito resumió ayer en sus palabras el sentir de todo el mundo flamenco ante esta situación. «El flamenco es la música más importante del siglo XXI y ya está bien de que se dé tanta importancia a cosas que no la tienen y se ignore a una cosa tan auténtica y tan importante».