Las mallas metálicas de acero se han convertido en los últimos doce años en la imagen inconfundible de sus creaciones artísticas, pero son más de cincuenta los dedicados a la investigación técnica y la renovación pictórica. La producción plástica del creador Enrique Brinkmann (Málaga, 1938), uno de los autores locales con más prestigio en el mundo del arte y galardonado con el Premio Nacional de Grabado en 1994, desembarcará el próximo mes de abril en una de las ciudades más importantes en el circuito artístico internacional: Londres.

Será la puesta de largo de este creador singular en la capital británica. «Es la primera vez que expongo en Londres y la verdad es que me hace mucha ilusión que el público británico pueda conocer mis trabajos; además, me parece muy interesante exhibir mis obras en esta ciudad tan importante desde el punto de vista artístico», comentaba ayer Brinkmann desde su residencia en Madrid.

La colección del malagueño, formada por un total de cuarenta piezas, constituirá la exposición inaugural de una nueva galería que empezará a funcionar a partir del mes de abril en Londres. Según cuenta Brinkmann, este galerista le conoció hace varios años en la Feria Internacional de Arte Contemporáneo ARCO y en Art Madrid, donde se interesó por sus composiciones y además adquirió algunas obras.

Y desde entonces se fraguó una relación profesional que se ha consolidado con este homenaje plástico en Londres, que repasará tanto su trayectoria artística a través de una selección retrospectiva de piezas realizadas a partir de los años 60, como la exhibición de las creaciones más recientes, los nuevos experimentos sobre sus famosas mallas metálicas, más llenas de luz.

«La galería cuenta con dos plantas, en una se expondrán obras desde mis comienzos en la pintura, y en la otra se colgarán mis últimos trabajos. Es una muestra con un cierto carácter retrospectivo para que conozcan mis diferentes etapas artísticas», explica este creador malagueño de origen alemán.

En esta selección pictórica que enriquecerá este homenaje británico se podrá contemplar la evolución plástica del artista hacia la luz y su predilección por la abstracción. El público londinense podrá conocer sus primeras obras en los años cincuenta y sesenta, con cuadros oscuros y sombríos, y los 70, donde Enrique Brinkmann se convirtió en una de las voces más significativas del realismo fantástico y de una forma progresiva, ascendió hacia regiones más luminosas.

De sus mallas metálicas, Brinkmann asegura que le interesa el espacio que se crea entre cuadro y la pared. «Unos están realizados directamente, afrontando el cuadro de una manera tradicional. En otros me interesó poner color por detrás. Al filtrarse los tonos a través de la malla me sorprendió el efecto visual y plástico que creaba; los cuadros tienen así una luz especial», detalla. El resultado, una obra que contiene los rasgos estilísticos singulares y personales del artista en una nueva dimensión.