Chopin es el gran gancho turístico de Valldemossa y un filón económico inagotable para este municipio mallorquín de la Costa Nord, marca registrada de otro visitante incontestable de la isla, Michael Douglas. El tirón de este pueblo pintoresco se ha venido traduciendo a lo largo del tiempo en cientos de miles de turistas al año y en el gasto que hacen in situ, que como mínimo se limita a apoquinar el ticket de entrada a la Cartoixa.

Vistas la magnitud del negocio (y las subvenciones recibidas) y las personas supuestamente afectadas, saltan todas las alarmas al comprobar que este aluvión de turistas y extranjeros que han visitado las dependencias de los cartujos podrían «haber sido engañados» en los últimos ochenta años en virtud de la sentencia recurrible dictada anteayer por la jueza Catalina Munar, quien dictaminó que Chopin y George Sand habitaron únicamente en la celda número 4 y que jamás durmieron en la 2, habitación que viene publicitando la estancia de los dos artistas en las últimas ocho décadas.

A la magistrada Munar no le tembló el pulso en el fallo: se muestra implacable ordenando la retirada del piano actualmente expuesto en la celda 2, «ya que lo están mostrando como el pobre piano mallorquín [así lo llama George Sand en Un invierno en Mallorca] de manera fraudulenta» en dicha estancia, «que está abierta al público y por la que a diario se realizan gran cantidad de visitas turísticas, las cuales son engañadas respecto a la procedencia y época del mencionado piano», reza la sentencia. En virtud de estas afirmaciones, la jueza ordena a la empresa familiar demandada, los Ferrá Capllonch (nietos del matrimonio de promotores culturales Boutroux-Ferrá, relacionados con Joan Miró), la retirada tanto de toda la publicidad que referencia la estancia de los dos artistas en la celda 2, «al haber morado en la actual número 4», como del «falso» piano, el Oliver Suau que jamás pudo tocar Chopin porque fue construido a partir de 1850, muchos años después de la estancia del pianista en Mallorca, fechada entre el 15 de diciembre de 1838 y el 11 de febrero de 1839.

Dictamen

El largo y severo dictamen de Munar prohíbe también a la parte demandada, que ayer aseguró a este diario que recurrirá la sentencia, difundir en cualquier medio de comunicación y en el futuro la referida publicidad. Y le obliga a difundir un mensaje corrector, mediante la inserción de comunicados de prensa escrita, a todas las sociedades chopinianas, autoridades gubernamentales nacionales, autonómicas y locales expresando que «la celda de la Cartoixa donde moraron Chopin, George Sand y sus hijos fue la actual celda número 4, conocida en aquella época como la celda número 3», propiedad de la parte demandante, la familia Quetglas Tous, que el 9 de enero de 2010 interpuso una demanda contra los actuales propietarios de la celda 2.

La jueza condena al pago de las costas procesales y de la publicación de la sentencia en los medios de comunicación locales a los Ferrá Capllonch, que interpondrán en los próximos cinco días un recurso de apelación ante la Audiencia Provincial de Palma.

Atendiendo a las pruebas, la jueza, que visitó la Cartoixa el pasado 11 de enero, ha llegado a la conclusión de que Chopin moró en la celda número 4 en virtud de un listado de documentos (cartas, archivos de casa Canut –de quienes heredaron los Quetglas–, certificados del Registro de la Propiedad), testigos, unos dibujos de Maurice Sand (la clave está sobre todo en uno, La cellule, cuya perspectiva encaja con la que ofrece la celda 4) y las periciales topográficas.