Mu Teatro estrenó en el XXVIII Festival de Teatro de Málaga Así que pasen…, una adaptación libré de la obra de Federico García Lorca. La compleja creación lorquiana de este texto está llena de sugestivos metáforas, figuras retóricas y asociaciones superrealistas muchas veces explicadas bajo premisas relativas al psicoanálisis. Una obra fascinante y que se adelantó a su tiempo, que permite puestas en escena personalizadas y para todos los gustos. Un libreto críptico muchas veces desvelado y ortodoxamente evaluado. Y aún así lleno de poesía. Poesía inherente e imposible de evitar, pero difícil de representar si no se tiene maestría suficiente para visualizar el espectáculo previamente y contagiar al espectador con el juicio expuesto.

Así que pasen… es un buen ejemplo de concepto teatral. La difícil narrativa del espectáculo está espléndidamente resuelta con detalle y minuciosidad, circunstanciadamente. Es evidente que la dirección ha elegido un estilo visual fundamentado en el movimiento, pero sin relegar una diversidad de destrezas que complementan las acciones. El ritmo narrativo resulta armonioso y es la base que da continuidad a la totalidad de la puesta en escena. No hay espacio vacío y sí una medida pericia para contraer conexiones entre las distintas escenas.

Armonioso

El resultado armonioso convierte la escena en una hermosa propuesta de la que disfrutar involucrándose en el onirismo que transmite. Los actores forman un equipo compacto de excelente nivel, capaz de enfrentarse a diversos retos que ponen a prueba su preparación. Sin tregua, pero armónicamente, los intérpretes evolucionan entre distintos estilos y caracteres con veracidad. Los personajes aparecen y desaparecen en un juego lumínico muy bien planteado como apoyo a ese espacio de ensueño en ninguna parte donde todo puede ocurrir. El lugar donde el hombre se pregunta, y donde el sol, la luna, los dragones, arlequín o el payaso y el niño con el gato, tratan de ofrecer en su lírica y chispeante dimensión lírica parte de las respuestas. Magnitud expresivamente representada por los actores con buenas personalizaciones.

Una apuesta por lo hermoso que conjuga a la perfección los distintos aspectos teatrales, desprovista de excesivo aparato escénico y que se centra fundamentalmente en la comunicación de la premisa al espectador. En la insinuación del juego dramático, solapadamente, se nos cuela una buena dirección, de gusto elegante y preciso, y un espectáculo de calidad idónea como referente malagueño en el Festival.