La música fluye por sus venas. Viene inscrita en su ADN. Su familia vive con intensidad esta faceta artística. Tíos, primos, hermanos dedican su vida a explorar la riqueza creativa de los instrumentos. Y Alma Ramírez también ha avanzado en este empeño. Desde los seis años, esta violinista malagueña ha aprovechado este linaje familiar con la música hasta lograr una «oportunidad única» en su carrera profesional. «Estoy muy feliz. La verdad es que esta pasión la siento desde muy niña, porque la he visto en mi casa, en mi familia. Todos vivimos la música con gran devoción. Es parte de mi vida», relata Ramírez.

La joven ha sido la ganadora del V Premio Fundación Musical de Málaga 2011 al mejor expediente académico del Conservatorio Superior de Música, dotado con 30.000 euros y destinado a perfeccionar su formación académica y musical en un centro nacional o extranjero de reconocido prestigio. Ayer, tuvo lugar la entrega de la beca en un acto en la Sala Falla del Conservatorio Superior de Música, donde Alma clausuró la velada con un pequeño concierto de violín, en el que interpretó una pieza de Ravel.

Con sólo 22 años, Alma Ramírez va a dar un salto certero en su trayectoria artística. Ella y su violín se subirán probablemente en un avión rumbo a los Estados Unidos o a Suiza, donde la joven aspira a perfeccionar sus estudios musicales, bien en el Conservatorio de Brooklyn, en Nueva York, o en otro en Ginebra. «Esta beca me ofrece una posibilidad enorme de seguir mi formación. Con este dinero podré dar el salto a centros de máxima calidad en el extranjero. Este premio me ha permitido abrir mis perspectivas profesionales», destaca.

Respecto al apoyo institucional, Ramírez, que aspira a dedicarse profesionalmente a la música, bien en el terreno de la docencia o en una orquesta, se muestra muy optimista por la situación en Málaga. La violinista, de hecho, afirma que la provincia es una de las de mayor movimiento musical y con más orquestas de jóvenes de España. «La juventud recibe ayudas y las orquestas dan muchas posibilidades de experiencia al músico adjunto», comenta.

Eso sí, sostiene que la construcción del futuro Auditorio de la música es una «asignatura pendiente» y habría que «sacarlo adelante»: «A la ciudad le daría muchísimo prestigio musical, sería un empujón cultural muy importante y la Orquesta Filarmónica de Málaga tendría por fin su ansiada sede», recalca.

Constancia, dedicación exclusiva y luchar contra el aburrimiento deben perseguir al músico a lo largo de su vida –opina Ramírez–, para quien estos momentos de crisis han afectado a la cultura «irremediablemente». «Es comprensible que los presupuestos culturales se hayan visto mermados, pero con mesura, porque la cultura no puede desaparecer; sin ella, las ciudades mueren», dice la malagueña.