Está feliz, en apariencia relajado. Durante la multitudinaria rueda de prensa no deja de hablar con su compañero de reparto, Oriol Vila. Eso de haber sido hermanos en la ficción los ha unido mucho, aunque luego explica que el "buen rollo" ha existido durante todo el rodaje y que "la culpa" la ha tenido el director.

"Hemos trabajado muy a gusto", confiesa. Bebe agua de manera insaciable, quizás para alejarse de esa voz ronca que le lanzó al estrellato con su papel de narcotraficante en la exitosa serie Sin tetas no hay paraíso. Pero de eso han pasado ya tres años y Miguel Ángel Silvestre (Castellón de la Plana, 1981) tiene aún mucho por hacer. Su carrera "no acaba más que comenzar".

Estos días ha estado en la isla grabando The Pelayo´s y confiesa que se ha enamorado. De las playas y de la gente de Mallorca. Porque novia ya tiene -su compañera de reparto, Blanca Suárez-, aunque no confirma. Es un seductor.

Primera pregunta. Prometo no preguntarle por ´El Duque´

—¡Ay! y ¿por qué no? Pregunta, pregunta.

Imagino que estará cansado de que siempre le inquieran por el mismo personaje. Parece que no se lo podrá quitar de encima...

—Pero eso es porque es el papel más reciente que he hecho. Cuando se estrenen las nuevas películas la historia cambiará. Aunque yo me siento muy feliz de haberlo interpretado porque a la gente le encantó.

La televisión da un toque de atractivo extra y tiene mucha más repercusión.

—Es evidente que es más fácil llegar a la audiencia a través de la pequeña pantalla porque es un medio mucho más asequible, pero a mí me gustan todos porque te permite preparar al personaje, cocinarlo, de manera distinta. Y eso es lo divertido de la profesión.

En The Pelayo´s se mete en la piel de Alfredo, un chaval muy peliculero y muy gamberro...

—Y también muy inocente. Freddy es un chaval que flipa con la posibilidad de llegar a un casino y tener la posibilidad de desbancarlo. Para él es como sentirse el protagonista de una superproducción.

Son ustedes un pocos los héroes del barrio, una especie de Robin Hood. Derrotan a los poderosos para repartirse el dinero...

—Imagínate cómo se lo pasan esos tipos de barrio a los que su tío listo llama para pedirle que se unan a la flotilla porque ha descubierto el método para ganar a la banca. Se vuelven locos.

—¿Las diferencias con Ocean´s Eleven de Pitt y Clooney?

—Nosotros no robamos, simplemente ganamos porque conocemos cómo hacerlo. Pero bueno, sí tienen nexos en común...

¿Había entrado antes a un casino o no pasaba del póquer entre amigos?

— Empecé a ir con esta película y he perdido mucha más pasta de la que he ganado. De hecho, comencé ganando 400 euros a las cartas, y en mi última apuesta decidí echar el resto. Lo perdí y mis colegas dijeron de irnos a casa. Pero en el coche me arrepentí, volví a entrar y perdí otra vez.

¿Y no le ha pedido a los Pelayos auténticos que le enseñen su método?

—¡Claro que sí, pero lo tienen en secreto! Pero algo hemos aprendido, no creas.