Sergio Albarracín, más conocido como Elphomega, medita cada paso que da. Cuatro años después de El testimonio libra, su segundo álbum, el malagueño lanza ahora Phantom pop (BOA, 2011), su disco quizás más personal y libre, aunque lo de Elpho siempre ha sido personalidad y libertad. Al habla con este MC, grafitero y diseñador gráfico –ojito al libretazo de 56 páginas que acompaña al disco, un gran muro donde cabe hasta un Travis Bickle, el protagonista de Taxi Driver, con cara de Jesulín de Ubrique–.

Escuchando Phantom Pop parece que te encuentres más a gusto contigo mismo que nunca. El flow más relajado y suave, las letras más libres... ¿Es así?

Puede ser, más a gusto, más seguro… Sí más consciente de lo que quiero transmitir y cómo quiero transmitirlo. Cada disco anterior ha sido muy meditado y este último también, pero para éste me he despojado de bastantes dudas e inseguridades que tenía, me he liberado más.

Siempre se ha apartado de la crónica social demagoga o fácil que asola el hip hop nacional, pero Phantom Pop radicaliza su actitud en este sentido. ¿Ha surgido así o es una toma de posición consciente?

No me lo he planteado conscientemente, pero es verdad que el rap social no va demasiado conmigo, a no ser que esté hecho de una manera original que me atraiga, pero no trago con el panfletismo, decir lo que supuestamente la gente quiere oír no me interesa. Para este disco he hecho las canciones que a mí me gustaría escuchar en el hip hop de aquí.

«A veces te da vergüenza ajena decir que haces rap», ha comentado alguna vez. ¿Por qué?

Me refiero con esto a prejuicios que la gente en general tiene hacia la música rap y que la mayoría de las veces son prejuicios bien fundados. Los medios de comunicación alimentan mucho esto pero pienso que son los propios artistas los culpables, por su actitud y su falta de creatividad. La imagen que se proyecta continuamente es que el hip hop se trata de una cultura infantil y que rapear es algo que directamente puede hacer cualquiera, por desconocimiento. Me recuerda a cierta situación parecida por la que tienen que pasar los guionistas de cómics, por ejemplo, cuando en una reunión les preguntan a qué se dedican para ganarse la vida y tienen que contestar con cierto apuro, ya que el ciudadano medio piensa que los cómics son algo para críos sin ningún valor literario y, además, no lo ven como un trabajo serio, pero por desconocimiento y porque también hay mucha basura, evidentemente, y muchos prejuicios. Creo que ahí se mezcla todo.

Elphomega siempre ha despertado filias y fobias igual de intensas. Las fobias casi siempre venían de la supuesta intelectualidad de las letras y la actitud –de hecho, es de los pocos raperos en España que usa gafas–. ¿Se ha sentido marginado alguna vez en la escena por ser diferente o es ese arrinconamiento lo que le inspira?

Pienso que lo que me hace diferente es lo que me da valor, por eso nunca he renegado de mi postura ni de mi estética ni nada de eso; es más, he jugado con ella, la he potenciado y me he beneficiado. Donde algunos han visto un handicap yo he visto un arma.

Como es habitual, las letras de Phantom Pop, plagadas de referencias cinematográficas. ¿Cómo sería una película de ficción dirigida por Elpho?

Sometería mi guión al paradigma clásico de tres actos, porque me encantan los clásicos.

...Y de referencias musicales. Me llama la atención la de Nick Drake, uno de mis músicos favoritos. ¿Qué discos y artistas escucha que jamás se podría imaginar la gente que tiene en su colección?

Algunos que tengo ahora en mi lista de reproducción de Spotify que nada tienen que ver con hip hop; The Radio Dept., Leonard Cohen, Au revoir Simone, Our Broken Garden, Warpaint, Pony Bravo, El Guincho...

Lanza el disco más o menos simultáneamente al de Little Pepe, también protagonista de Vibraciones, el documental que protagonizó y escribió. ¿Qué le ha quedado de aquella experiencia?

Haber conocido a personas con las que ahora me une una buena amistad y la satisfacción de haber sacado un proyecto adelante del que me siento orgulloso, sin haber tenido antes ninguna experiencia previa.