El Museo Carmen Thyssen abre una puerta, tras la salida de María López y Tomás Llorens de la cúpula por desavenencias con el gerente Javier Ferrer. Lourdes Moreno, la nueva directora, acaba de estrenar despacho y su primera llamada ha sido a la baronesa, quien le dio la enhorabuena. Moreno encara una nueva etapa profesional al frente de la pinacoteca tras su paso por la Fundación Picasso. Asegura que con Ferrer trabajará de forma «consensuada y compartida».

Tras 22 años de su vida en la Casa Natal supongo que ha sido muy ilusionante la llegada al Museo Carmen Thyssen de Málaga. ¿Cuáles serán los ingredientes de esta nueva andadura?

Esfuerzo, trabajo, imaginación, contactos, relación con los expertos, con el equipo del museo... Son muchos los ingredientes de esta etapa.

¿Qué aportará usted a la pinacoteca?

Es fundamental hacer una puesta en valor de las colecciones, que son de finales del XIX y principios del XX, y hacerlas dialogar con otros autores, escuelas y artistas de otras instituciones, para que así se enriquezca la perspectiva que ofrecemos del siglo XIX desde la propia colección.

Son 230 obras las que componen la colección permanente. ¿Cuál es su evaluación de estos fondos artísticos?

Es una colección muy especial, muestra mucho el sentir y el gusto de la baronesa, su propietaria, y además es muy original en cuanto a que es una parcela bastante desconocida; no se ha mostrado tanto en nuestro país y será muy sorprendente para el público internacional. Es una colección que exhibe una parte representativa de nuestro país y nuestras costumbres y no es muy conocida fuera. Creo que en cierta medida puede causar incluso sorpresa en otras instituciones.

¿Se podría decir que el público se encontrará con obras que no se ven en el Museo del Prado o en las grandes pinacotecas con colecciones del XIX?

Sí. La colección reúne piezas que fueron pintadas para un público burgués, para sus propias residencias. No son esas grandes obras maestras pensadas para la Academia o para celebrar ciertos hechos de pintura histórica. Es una colección en ese sentido muy cercana al gusto burgués, popular, que da una visión de lo que fuimos, de nuestra propia historia.

El próximo 14 de junio se inaugurará la primera muestra temporal del museo, La tradición moderna en la Colección Carmen Thyssen. Monet, Picasso, Matisse, Miró. ¿Con qué se encontrará el público?

Fundamentalmente está basada en pintura española del siglo XIX y XX. Son grandes hitos que dialogan con autores internacionales. Las piezas mostrarán la relación y la conexión de la pintura española con las vanguardias europeas. Es una exposición comisariada por Guillermo Solana, el director del Museo Thyssen de Madrid, y el conservador de la colección de la baronesa, Juan Ángel López -Manzanares. Va a ser sorprendente y espectacular tanto para la ciudad como respecto al panorama internacional, porque es una colección de grandes hitos, de grandes nombres y grandes obras, que son muy especiales para conocer el significado de las vanguardias.

¿Cómo va a ser la relación con el Museo Thyssen de Madrid?

Esto es un gran mosaico, nosotros tenemos que formar parte de él y eso requiere tiempo. La relación con el Thyssen de Madrid está siendo espléndida. Me parece maravilloso que esté con nosotros. Supongo que habrá proyectos que podamos compartir y otros no. El Thyssen tiene una trayectoria y nosotros estamos empezando. Es cuestión de tiempo.

¿Hay planteada alguna exposición en colaboración con la pinacoteca madrileña?

De momento no. Hemos hablado de colaboraciones pero aún no hay nada concretado.

¿Qué va a ocurrir con las próximas exposiciones temporales previstas para este año sobre Sorolla y Monet, que venían de la mano de Tomás Llorens?

Sobre eso aún no sabemos. Estamos trabajando en el futuro y ya lo veremos.

¿Cómo ha sido ese primer contacto con la baronesa?

Fue la primera persona a la que llamé cuando entré por primera vez en mi despacho, y le dije: «Carmen, estoy en el despacho». Ha sido así y tenía ganas de que fuera así. Me dio la enhorabuena y me dijo que está contentísima. Fue una conversación absolutamente cordial y emocionante.

Llevará a cabo la dirección artística del museo, mientras que Javier Ferrer se encargará de la gerencia. ¿En qué consistirá exactamente su trabajo? ¿Tendrá potestad para la toma de decisiones?

Mi trabajo va a consistir en diseñar las líneas de actuación artísticas del museo. Eso abarca tanto las exposiciones temporales, la investigación sobre la colección permanente, de la que haremos un catálogo razonado, la programación de actividades didácticas y la página web. Javier Ferrer y yo vamos a llevar una dirección consensuada y compartida. Me parece que es lo mejor, porque nos va a permitir compartir muchos temas. No se trata de que cada uno lleve su parte, porque al final el museo es un todo y su resultado también. De hecho, ya tenemos temas sobre la mesa de firmas conjuntas y yo estoy muy contenta de que sea así. Pienso que un gerente en este tipo de museos es necesario; hay una parte que no la puede abarcar una persona sola. Y también está en esas decisiones la propia figura del patronato.

Está pendiente la firma del documento de cesión de los cuadros del Museo al Ayuntamiento de Málaga por parte de la baronesa. ¿Cuándo se producirá finalmente?

En el orden del día de la reunión del patronato del Museo, el próximo 9 de junio, está prevista la firma de la cesión de los cuadros.