Los dibujantes e ilustradores, siempre atentos al latir de la población, no se han quedado de brazos cruzados tras el 15-M, cuando miles de personas se movilizan, aglutinados en las plazas de sus ciudades, para reclamar cambios en el sistema.

Caricaturas, cómics, pancartas y toda clase de obras gráficas se han dado cita durante las últimas semanas en las principales ciudades españolas, pero las primeras imágenes vieron la luz en internet, en www.4ojos.com/blog, diario virtual de Enrique Flores.

«Estuve en la manifestación del día 15, pero luego me fui por mi lado y cuando volvía a casa, que está al lado de [la Puerta del] Sol, me encontré con la acampada. La primera noche no dibujé nada, pero al día siguiente bajé con la libreta y hasta hoy», señala Flores.

La mecha prendió y los autores comenzaron a moverse. Uno de los más madrugadores fue Javier Royo, cofundador junto a Pepo Pérez (Málaga, 1969) y Juanjo Sáez de la revista electrónica El Estafador. «Teníamos otro número previsto para esta semana, pero lo tuvimos que cambiar porque no se podía obviar todo lo que está ocurriendo», recuerda el editor.

El tebeo, que se puede visitar en www.elestafador.com, cuenta con la participación de autores como Clara Soriano, Fran Collado, Beatriz Tormo, el malagueño Pablo Ríos o Darío Adanti.

«El tema me toca la fibra sensible. El presente es muy oscuro y el futuro, sin un cambio importante, es de un negro acojonante. Esta movilización no es cosa de cuatro perroflautas, como han contado los medios, sino que surge de la situación general de todo un pueblo», añade Beatriz Tormo (Logroño, 1985).

«La actitud pacífica de los manifestantes contrasta con la ruda violencia con la que la policía ha respondido, impropia de un país que alardea de democracia y donde los recortes sociales y laborales nos acercan a pasos de gigante a las maneras radicales de sometimiento de la población en potencias como China», afirmar enojada Lidia O. Arriaga, de DRY.

El tiempo dirá si el 15-M ve cumplido alguno de sus objetivos, pero el dibujante Carlos Azagra invita a la prudencia: «Apoyo las movilizaciones, pero sin saber muy bien cómo acabará la cosa; me temo que mal, lo que generará un nuevo desencanto, pero no quiero ser aguafiestas», aventura.