Desde que algunos Museos, siguiendo la línea de otros países europeos, tomaron la iniciativa de hacer exposiciones que contextualizan las obras de arte, están siendo de nuevo un instrumento cultural de primera importancia en las ciudades. Este es el caso del Museo Picasso de Málaga, y se lo debemos a la gestión de su director, José Lebrero. Cada una de las muestras que vienen dándose desde el tiempo que se inició su gestión ha sido un regalo para Málaga y las ciudades vecinas. Pero parece que cuando se está haciendo un esfuerzo en ese sentido, tiene que venir alguien a fastidiarla.

La exposición Viñetas en el frente es una interesante muestra de obra gráfica dedicada a la guerra civil, que ya se expuso en el mes de marzo de este mismo año y hasta el mes de mayo en el Museo Picasso de Barcelona. Las acusaciones de «fines políticos» y de «oportunismo», por parte de la familia Picasso a la dirección del Museo, además de poco inteligentes no pueden ser más infantiles. Que estamos «en un polémico período electoral», dicen. Y ¿cuándo no han sido polémicas y electoralistas las relaciones entre los (dos) partidos en este país? Por otra parte, falta todavía un año para las elecciones. Más bien deberíamos preguntarnos qué razón oportunista es la que lleva a la familia Picasso a privarnos en Málaga de esta muestra y agraviar de esta manera a nuestro mundo cultural. ¿Qué es lo pretenden ocultar, a estas alturas, quienes han vivido de la gloria ajena, que Picasso, como todo artista que se precia, era sensible a los horrores de su tiempo?

Los grabados Sueño y mentira de Franco, como el Guernica, con el que están relacionados, son gestos voluntariamente políticos por parte de su autor. Un artista no puede no ser político porque no puede dejar de ser ciudadano. Cuando un artista realiza una obra, no pone en juego sus opiniones sino su humanidad, y ésta no puede quedar neutralizada en tiempos de guerra ante los espantos y sus causas. ¿Es que hay que pedir que nos preparen un día de neutralidad ciudadana para que puedan ser exhibidas tales obras?

Han pasado más de cincuenta años desde la dictadura y que esa etapa ya pertenece a la Historia. Quienes no asumen esto consiguen dar a entender que Franco tiene aún algo que ver con nosotros, lo cual no le hace ningún bien ni a la democracia.

Lo quieran o no, la obra de Picasso, como toda obra de arte, trasciende todo tipo de oposición, va mucho más allá de las querellas a la que acostumbran los políticos. Y demuestran muy poco conocimiento de lo que el es arte quienes denuncian, obstaculizan o prohíben (¿desde qué atalayas?) que se desarrolle la labor cultural de unos comisarios y un director que la han desarrollado con entrega, cariño y profesionalidad. Me consta.