La carrera de las seis ciudades españolas candidatas a convertirse en Capital Cultural Europea en 2016 finalizó ayer. San Sebastián será la urbe que, junto con la polaca Wroclaw, ostentará dicho título dentro de cinco años. El jurado encargado de tomar la decisión relató ayer cómo el esfuerzo de San Sebastián «para superar su historia de violencia» les «emocionó». La elección pilló al resto de candidatas –Burgos, Las Palmas de Gran Canaria, Córdoba, Segovia y Zaragoza–, e incluso a los propios vencedores, por sorpresa: pocos esperaban el resultado.

El argumento político aludido por el presidente del comité de selección, Manfred Gaulhofer, en el que sostuvo que la designación de San Sebastián podría «contribuir a que cesasen las actividades violentas en el País Vasco», abrió la caja de los truenos entre varios dirigentes políticos. Así, el alcalde de Zaragoza, Juan Alberto Belloch, consideró un «error» y un «disparate» la designación de San Sebastián al entender que las actividades que se lleven a cabo se convertirán en actos propagandísticos de Bildu. Al igual que el presidente de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, quien lamentó que en la elección hayan primado «otras cuestiones totalmente ajenas al mundo de la cultura».

También la ministra de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino, Rosa Aguilar, quien fue alcaldesa de Córdoba, confesó sentirse «dolida» por la designación de la ciudad vasca y consideró un «magnífico error» que jurado haya tenido en cuenta el argumento político de la pacificación. El consejero de Cultura de la Junta de Andalucía, Paulino Plata, confesó igualmente sentirse decepcionado por lo comentado por el jurado, explicando que solo deberían «existir argumentos y razones culturales».

Por su parte, el presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, afirmó haber recibido la noticia «con decepción» –Córdoba partía como gran favorita– y sostuvo que el Gobierno andaluz «mantendrá sus compromisos» con dicha ciudad. El alcalde de Córdoba, José Antonio Nieto, reconoció sentir frustración, aunque quiso dejar claro que «ha valido la pena presentarse» porque su ciudad «ha avanzado mucho en los últimos diez años».

Periodo de ilusión. Tras conocer el fallo que les daba por vencedores, la delegación donostiarra, encabezada por el actual alcalde de San Sebastián, Juan Karlos Izaguirre, y su antecesor, Odón Elorza, expresó su júbilo y los abrazos y felicitaciones no se hicieron esperar. En medio de una gran expectación, el alcalde de San Sebastián agradeció al jurado la elección de su capital y, tras valorar las otras candidaturas, dijo que a partir de ahora se abre un periodo de ilusión para preparar un nuevo proceso de normalización que culminará con una «Donostia abierta al mundo».

Izaguirre destacó el hecho de que el proyecto haya conseguido unir a personas de ideologías diferentes, prueba de ello es que la representación de todos los partidos de San Sebastián acudieron al acto, incluido el exalcalde Odón Elorza. Precisamente Elorza, al oír el veredicto del jurado, no pudo contener las lágrimas, al igual que otros miembros del equipo que durante dos años han trabajado para que San Sebastián se convierta en Capital Europea de la Cultura.

En declaraciones a los periodistas, Odón Elorza, uno de los que más ha trabajado en la candidatura, celebró la designación, visiblemente emocionado, y ha quiso dejar claro que «la filosofía del proyecto cultural está al margen de cualquier consigna política». «La ciudad necesita elementos de esperanza que le ayuden a salir adelante», dijo Elorza, antes de añadir que el de San Sebastián «es un proyecto para la paz de todos sin exclusiones».

Por su parte, la ministra de Cultura, Ángeles González Sinde, destacó el «extraordinario» trabajo desarrollado por las seis ciudades candidatas y dijo que ya por el hecho de ser finalistas, son ganadoras. Sinde pidió a las eliminadas que continúen trabajando por la cultura.

Antes de anunciar el nombre de la ciudad ganadora, el presidente del comité de selección, Manfred Gaulhofer, ha destacado que la selección ha sido la más intensa de las campañas que ha llevado a cabo hasta ahora, tanto por el número de ciudades que han presentado su candidatura, 16 en total, como por la expectación mediática. La Capitalidad Europea es un título que concede anualmente y desde el año 1985 el Consejo de Ministros de Cultura europeo a dos ciudades del viejo continente para resaltar la riqueza, la diversidad y los rasgos comunes de las culturas europeas.