En esta entrevista nos adentramos en su faceta como activista y observadora de conflictos.

¿Un músico es también un activista o debería serlo?

Cada músico, cada ser humano es libre de hacer lo correcto desde su punto de vista, de hacer lo que su corazón y su mente le digan. Mi conciencia me dice que me implique y que diga lo que pienso. Creo en los artistas que tienen la capacidad de ponerse en el lugar del otro, que pueden ver a través de los ojos de los demás... Eso es lo que nos permite sentir verdadera empatía. En el judaísmo siempre decimos: ama a tu hermano como te amas a ti mismo. Éste es mi mantra, esto es lo que guía toda mi actividad humanística.

Usted dijo en una entrevista que Israel está librando una guerra de supervivencia. ¿Qué quiere decir eso exactamente?

Pues eso. Israel está luchando por su supervivencia en una región que está llena de hostilidad hacia ella. Mi país tiene una población de siete millones, de los cuales seis son ciudadanos árabes de Israel. Alrededor de nosotros hay cerca de 200 millones de musulmanes, la mayoría de los cuales han señalado claramente que no reconocen el derecho de Israel a existir. Mi batalla es asegurar que nuestra lucha terminará pronto, y no con pistolas, sino con palabras.

Un momento: ¿se puede justificar la violencia por el mero hecho de que uno sienta amenazada su supervivencia?

No. Creo y siempre he creído que la violencia es una pobre y patética sustitución del diálogo. De hecho, en hebreo, la palabra violencia, alimut, es una variación de la palabra mudez, la incapacidad de hablar.

¿Qué críticas le hace a Israel?

Nunca he criticado a Israel. Yo critico su gobierno. En Israel hay un sinfín de personas que creen en la paz y que trabajan por la paz. Una lista muy pequeña sería: The Parent´s Circle, The Peres Center for Peace, Bridge over the Wadi, Yala Young Leaders, The Palestinian Dialogue Center in Ramalla, etc. Me decepciona que los medios internacionales casi nunca den cobertura y espacio a esta buena gente, a estos israelíes, árabes y palestinos que dedican sus vidas a la paz.

¿Y los violentos?

Gozan de mucha publicidad. ¿Por qué? ¿Acaso no está claro que este tipo de reportajes con un punto de vista único crean una realidad y una perspectiva que distorsiona y que es muy perjudicial? Le diré lo que pienso. En contra de muchos de sus ciudadanos, el gobierno actual de Israel no está haciendo lo suficiente para promover el diálogo con los palestinos. En mi opinión, el gobierno debería estar haciendo todo lo posible para volver a la mesa y continuar con las conversaciones directas, orientadas a resolver nuestros problemas y a alcanzar un acuerdo de paz. La solución existe. El gobierno de Palestina debería estar haciendo lo mismo: usar su poder para continuar dialogando.

¿Y las revueltas en Oriente Medio?

Las veo como un signo de esperanza: gente normal tomando su propio destino, cansada de la manipulación y la violencia, esforzándose por su propia vida y la paz. Admiro a esa gente. Rezo por que puedan alcanzar su objetivo y por que sus países puedan encontrar la tranquilidad de algún modo.

Por amistad, ¿es usted del Barça?

Pep Guardiola es un amigo de verdad. Lo quiero mucho. Pero en realidad no sigo el fútbol. Gracias a Pep, he visto algunos partidos del Barça y creo que juega genial y de manera muy elegante. Pero como digo, no tengo nada en contra del Real Madrid. De hecho, actué en el estadio del Real Madrid la semana pasada en un concierto dedicado a las víctimas de Haití. Ojalá todas las guerras sólo tuvieran lugar en el campo de fútbol.

¿Se atrevería usted a tocar música de Wagner [Hitler usó su música para hacer propaganda nazi] en Israel como hizo Barenboim?

No soy una cantante de clásica. Para mí la música es música, sea buena o mala, y eso es así a pesar de las opiniones de sus creadores [Wagner era antisemita]. Pero desde el asunto del Holocausto y el trauma resultante es tan doloroso y delicado para tanta gente en Israel que yo me lo pensaría dos veces.