El Mocito Feliz es ese peculiar personaje que deambula por las ciudades españolas siempre detrás de un famoso, para aparecer en algún, o algunos, programas de televisión. Desde luego, es uno de los malagueños más conocidos en toda España. Y su trabajo le ha costado a este Zelig local.

Pero, en realidad, son muy pocas las personas que realmente conocen a este personaje malagueño que viaja adónde sea para añadir uno más a sus «miles de minutos de gloria». Por ello, y para que todos podamos profundizar un poco más en la persona y en el personaje de Mocito Feliz, el director de cine, teatro y creador de performances, Ignacio Nacho, ahora se atreve con el género documental, y cuenta la vida de este singular «majarón malagueño».

Nacho conoció a Enrique Jiménez en la estación de autobuses de la capital hace muchos años, y en ese justo momento, supo que «ese personaje era digno de conocer», y que un día contaría su vida; por eso le pidió su número de teléfono. El director, encandilado por «el don de la ubicuidad» de Mocito y la capacidad de «hacer cotidiana sus apariciones en televisión, sin más fin que ése», decidió rodar un documental largometraje sobre él.

«Me atraía el romanticismo de su actividad, porque es un Quijote del siglo XXI», asegura Nacho. Para el director aquellos que ven «imbecilidad» en la labor de Mocito es quizá porque «están frustrados en su trabajo diario, y envidian realmente que este personaje consiga a diario su fin, que no es más que aparecer en televisión». «Y eso está alcance de muy pocos», precisa.

El creador del documental, que se estrenará el 11 de noviembre de 2011 en el Festival de Benalmádena, asegura que su obra refleja dos puntos de la actualidad a todos los niveles: la lucha por dejar un legado y la evolución de la televisión, que se ha convertido en «un escaparate demencial».

Dice Ignacio que parece que «los documentales están guardados para personajes de cierto rango social» pero es importante también retratar «desconocidas» que tienen un perfil peculiar. En Málaga, el Mocito Feliz representa «un perfil de malagueño de toda la vida, esos personajes debambulantes de los barrios, que cantaban o contaban chistes», señala el director, para quien este punto «hace más seductor y romántico el documental».

Además, el creador de la cinta apunta que Mocito Feliz «ha hecho el trabajo muy fácil», tanto que al final «todo ha sido familiaridad». Evidentemente, y conscientes de su personaje, «sabíamos que era una persona imprevisible, cambiante, y aunque teníamos un planteamiento global del momento, nada se podía concretar porque la conversación fluía, sobre todo, porque él era el protagonista, y debía relajarse».

Además, el documental refleja que los espectáculos que Mocito realiza quedan en un segundo plano en el momento en el que es captado por una cámara; de hecho, «para Mocito su show multiplica sus posibilidades de aparecer en televisión, nada más».

Esta «road movie», tal y como la describe Nacho, muestra que la única prioridad de Mocito Feliz es «figurar», y así lo pudieron comprobar en uno de los viajes a los que acompañó, junto al equipo, a Mocito Feliz. «Peripecia», es la palabra que utiliza el autor para detallar cómo fue a Granada a la reaparición de Isabel Pantoja, y vivió en primera línea la labor diaria del personaje malagueño: «Enrique transita de manera incesante en busca de las cámaras. Su vida, tal y como la hemos vivido es un viaje a ninguna parte, pero que, de una forma u otra, siempre consigue su fin».

Divertido pero con tratamiento riguroso

El documental muestra en un 90 por ciento a Mocito Feliz como persona, pero en ningún momento «se ha querido vulnerar su intimidad más profunda», asegura Nacho. «Hemos dado un tratamiento riguroso, lo que no quita que la cinta sea divertida, porque él es divertido», dice el director, quien apunta que el largometraje oscila entre el drama y la comedia. La productora Pixplas y el equipo formado por Sergio del Alcázar, montador y operador de cámara; Javier Martínez, operador de cámara y producción, y Richi Vivar, compositor de la banda sonora, han realizado entrevistas a especialistas en Comunicación, en Arte Contemporáneo, psiquiatras, para «dar a conocer a Mocito al mundo».