Sergio Rubio es el hombre de Caramala y aunque la compañía está formada por las tres actrices, él ha sido el encargado de escribir y dirigir La hora feliz y Caramelo. «Mi forma de afrontar el trabajo es hacer de las obras algo personal, algo que sea suyo y que las implique, por eso cojo cómo son ellas, su momento y sus vivencias y las hago parte de la obra», cuenta Sergio Rubio sobre la técnica «retrato» que ha dado a las dos obras.

Caramelo surge de la idea de «la infantilización del mundo», pero en el fondo, la base es «la convivencia» entre Virginia, Carmen y Noemí, a las que «convierto en tres hermanas», aunque «son ellas quienes deciden quién hace cada personaje», y después de eso «construimos la historia en la que aportamos todos».

Pero la relación de Caramala con Sergio Rubio va más allá: «Soy su amigo, compañero, las animo, otras veces soy un director severo, pero sobre todo, las entiendo y nos conocemos bastante bien», cuenta el director y escritor, para quien a pesar de «tener muchos gustos diferentes siempre intentamos buscar el punto medio de las cosas».

«Hacemos un trabajo muy productivo», asegura Sergio Rubio, porque la creación de La hora feliz y Caramelo no solo recae en su responsabilidad, que es mucha, sino en la de las actrices porque «todos aportamos sin que se nos vaya el hilo ni se rompa la estructura ya determinada». Además, es un equipo que se encuentra «en constante búsqueda de ideas» para crear nuevas obras, quizá otro de los grandes secretos de Caramala y de su «chico».