Casi por unanimidad, con más de un 98 por ciento de los votos, la Sociedad General de Autores y Editores ha dado su visto bueno a una mayor democratización de su sistema electoral, una reforma que amplia considerablemente el número, hasta ahora muy restringido, de socios con derecho a voto.

Con una Asamblea General Extraordinaria, la SGAE ha culminado el proceso iniciado en septiembre para cambiar el sistema de elección de su junta directiva y que, entre otras medidas, amplía de 8.220 a 20.881 el número de socios que podrán votar en las próximas elecciones.

Se inaugura así "una nueva época que no tiene vuelta atrás" en la SGAE, según ha declarado al término de la asamblea el portavoz de la entidad, Sabino Méndez, que ha expresado su satisfacción por el respaldo mayoritario que ha tenido la propuesta elaborada por la Comisión Electoral, integrada por 15 miembros que representaban las diferentes sensibilidades dentro de la entidad.

Sabino Méndez, Antón Reixa y José Miguel Fernández Sastrón, integrantes todos ellos de la comisión, han confiado en que tanto el Gobierno saliente como el entrante refrenden estos cambios en los estatutos de la SGAE y apoyen la voluntad "unánime y colectiva de refundación de la entidad de gestión".

Un total de 304 socios han acudido hoy en Madrid a la celebración de la asamblea aunque, entre socios representados y los que delegaron el voto en las asambleas regionales que se han celebrado por toda España, se elevaban a 546 que han sumado 9.679 votos.

De estos, 9.479 han apoyado la propuesta de reforma, que consta de 25 puntos, mientras que en contra ha habido 177 votos y 5 han sido abstenciones.

Durante más de dos horas, los miembros de la Comisión Electoral han explicado a los socios su propuesta, que ya había sido anteriormente apoyada en las asambleas regionales.

Algunos de los socios han expuesto sus reticencias a esta reforma, "unos porque les parece insuficiente y otros porque les parece excesiva", según ha resumido Méndez.

Senante y Hevia, disconformes

Entre ellos, Caco Senante, miembro de la dirección anterior anterior, que ha expresado su desacuerdo con la pérdida de dos de los puestos que los músicos tienen en la Junta directiva según la nueva regulación. También se ha opuesto el gaitero José Ángel Hevia, que no está conforme con el reparto de votos propuesto.

Incluso a la entrada de la asamblea se han repartido copias de un documento anónimo titulado "Los socios históricos de la SGAE, generosos pero no tontos. Contra la devaluación de nuestros votos", en el que se pedía el voto en contra.

También ha habido intervenciones como la de la cantante y compositora Inma Serrano a favor de una mayor presencia de mujeres en los órganos de decisión de la SGAE.

Ahora, y para que pueda regir las próximas elecciones de la SGAE, la reforma tendrá que ser aprobada por el Gobierno.

Aunque se habían fijado para el próximo 16 de enero, la coincidencia del proceso con el cambio de Gobierno retrasará su convocatoria que, no obstante, la SGAE tiene previsto celebrar en el primer trimestre de 2012, un calendario que será decidido previsiblemente mañana por la junta directiva provisional.

Estas elecciones se celebrarían sólo unos meses después de las anteriores, salpicadas por la investigación judicial abierta por un supuesto desvío de fondos en empresas vinculadas a la entidad y que llevaron a la detención de varios de sus exdirectivos, entre ellos Eduardo Bautista.

El nuevo sistema crea la figura del voto social, al que tendrán derecho todos los socios autores que hayan conseguido una recaudación igual o superior al salario mínimo interprofesional, es decir, 650 euros, en los últimos cuatro años.

Aunque se mantiene el voto ponderado (número variable de votos por socio en función de su recaudación), el número de votantes se amplia al bajar el límite a partir del cual se tiene derecho a ello.