El matador de toros malagueño Saúl Jiménez Fortes ha vivido un año 2011 muy especial, en el que lograba hacer su sueño de tomar la alternativa el 24 de agosto en Bilbao. Pero hasta llegar a ese punto, tras él hay una carrera de sacrificio y de castigo en forma de graves percances. Desde hace tres años, tiene fijada su residencia en Salamanca, junto al apoderado Julián Guerra. Durante las fiestas navideñas ha regresado a Málaga, y la pasada semana mantenía un multitudinario encuentro con la afición taurina de nuestra capital.

¿Consigue uno olvidarse de su rutina de preparación de cara a esta temporada de 2012 durante estos días de descanso?

Es muy difícil, porque uno está inmerso desde hace muchos años en prepararse para nuevos objetivos, y aunque se quiera desconectar, también se siente la necesidad de entrenar. Es lo que más me gusta, torear; y además es algo que me llena de oxígeno.

¿Ha sido el 2011 el año más importante de su carrera, o lo mejor tiene que estar por llegar?

Evidentemente que ha sido una temporada muy importante, a la vez que dura por las dos cornadas que sufrí en Madrid y en Santander. De todas formas, cada año debe ser más importante que el anterior. El 2012 tiene que servir para que refrende toda la confianza que han depositado en mí durante el año pasado.

¿Para que un malagueño tome la alternativa tiene que irse de su tierra como usted ha hecho?

Las cosas aquí son muy complicadas para los novilleros, y de hecho al principio ya había estado buscando oportunidades por la zona de Cádiz, intentando cambiar una situación que estaba muy difícil. En mi caso, el destino me llevó a Salamanca, y considero que ha resultado algo trascendental para que hoy en día sea matador de toros. A Julián Guerra tengo que agradecerle la formación que he recibido.

Es el primer matador salido de la nueva Escuela Taurina de Málaga, ¿es consciente de que se ha convertido en referente para los chavales que sueñan con ser torero?

Eso es algo muy bonito. Estos días me he pasado por allí a entrenar y veo muchas caras nuevas que me saludan con la misma ilusión que yo lo hacía cuando era un niño a los toreros de entonces.

Antes de la alternativa en Bilbao, ¿cómo valora su última temporada como novillero?

Ha habido que jugárselo todo en plazas importantes. Al principio sólo tenía una tarde en Madrid y otra en Sevilla, y de ahí se fue sumando hasta llegar a San Isidro, que fue clave a pesar de que sólo pudiera darle diez lances y un par de tandas antes de la cornada. La actuación con el capote y la disposición tuvo mucha repercusión y me ayudó mucho. En el resto de las tardes siempre di la cara, aunque no haya sido muy abundante en orejas por el mal uso de la espada, que me ha quitado muchos triunfos.

Se daba por hecho que la alternativa iba a ser en Málaga. ¿Cómo vivió esos días de incertidumbre hasta decantarse por Bilbao?

Era consciente de todo lo que iba sucediendo, aunque prefería mantenerme al margen. El sueño siempre fue Málaga, pero hay que mirar el lado positivo y tomarla en Bilbao fue algo importante de lo que también estoy orgulloso.

¿Qué pasó realmente para no poder tomarla en La Malagueta?

La prioridad era torear en Málaga, a cualquier precio. Pero si no se daban las condiciones mínimas como saber el cartel, la ganadería, la fecha? Se acercaba la fecha en la que se anunciaban los carteles y no teníamos ninguna confirmación. Entre tanto surge la posibilidad de que la Casa Chopera nos la dé en Bilbao y sale adelante. No es que yo dejara a Málaga porque me ofrecieran Bilbao; fue una opción que tomamos ante la incertidumbre que se nos presentaba aquí. Al menos pudimos despedirnos como novillero en La Malagueta, aunque por las circunstancias que nos ofrecieron en cuanto a horario y cartel, para nada fue lo soñado.

En la alternativa en Bilbao se pudo estar a la altura de El Juli y Talavante, aunque la corrida no sirvió. ¿Lo importante viene después con la apuesta de los Chopera de apoderarle?

Eso me permite ir a Almería y a Salamanca, y salir a hombros de las dos plazas. A ellos le causó impacto mi paso por San Isidro y desde allí me dan algunas oportunidades. La decisión de apostar por la alternativa en Bilbao y responder resultó clave para que finalmente se decidiera a apoderarme.

¿Cree que han podido aprovechar este apoderamiento en el concurso por La Malagueta?

No, eso son temas aparte, y ellos saben diferenciar muy bien cuando son empresarios y cuando apoderados. Me han demostrado mucha confianza y por eso quisieron ayudarme. Creo que es absurdo pensar que me apoderan para quedarse con La Malagueta, porque por esa regla tendrían que apoderar a un novillero de todos los sitios de donde son empresarios.

¿Y qué sueños se plantean para este 2012?

Seguiremos trabajando en equipo, y lo importante es que el proyecto vaya a buen puerto, que se vayan cumpliendo todos los objetivos. Cada tarde que toree me la tengo que tomar como la última oportunidad, y así irán saliendo más. Lo que no puedo hacer es pensar que tengo la temporada hecha antes de empezar porque me apodere una casa grande. Sé que soy un privilegiado por esta oportunidad, pero pensarlo no me ayudaría. Las cosas tienen que salir bien en Valencia y Sevilla, donde ojalá podamos estar anunciados, para confirmar con fuerza en San Isidro.

Pero antes está Málaga en Semana Santa. Se habla del Domingo de Resurrección junto a José Tomás...

No sé nada, pero si fuera así sería un sueño, porque José Tomás es un referente para todos los toreros de nuestra época. Yo me he sentido un privilegiado de verlo torear igual que otros lo hicieron con Manolete o Ordóñez. Compartir cartel con él para mí es compartir un cachito de historia, independientemente de lo que pase, porque cuando salga el toro se acaba la admiración e intentaré ganarle la pelea como cada tarde.