­En 2006 un grupo de creadores malagueños impulsaba con el apoyo de la Diputación una revista amateur de cómics, Cthulhu, consagrada el género del terror. A finales de 2007, y con dos ejemplares a sus espaldas, la editorial madrileña Diábolo comenzó a distribuirla en todo el país. Candidata dos años consecutivos a Mejor Revista en el Salón de Barcelona y con un volumen que recopila sus mejores historias editado en EEUU, la publicación malacitana acaba de imprimir su noveno número, dedicado al humor negro.

¿Cómo se involucró en el proyecto de la revista Chtulhu?

Hace años sentí que había llegado el momento en que me pareció insuficiente ser un insaciable lector de tebeos y decidí pasarme al lado creativo. Después de muchos tropiezos llegué a dirigir, coordinar y editar el fanzine En Viñetas. Esto me supuso conocer a los autores Manuel Mota, Rafa Kosta y Carlos Lamani, con los que poco tiempo después fundaría el sello editorial Zanzíbar, bajo el que nació la revista Cthulhu. Hicimos dos números como editorial independiente y luego renacimos cuando la madrileña Diábolo Ediciones acogió nuestro proyecto, lo que aseguró la continuidad.

¿Ayuda la revista a lanzar a jóvenes dibujantes autóctonos?

Yo diría que sí. Por suerte, Cthulhu no es una revista que se queda en casa: distribuimos por todo el territorio nacional. Varios de nuestros autores han logrado hacer sus propios álbumes. También hemos dispuesto para ellos sesiones de firmas en salones tan importantes como los de Madrid o Barcelona. Aparte, la revista intenta dar la mayor difusión posible a sus autores en internet, como puede verse en nuestro blog, la página de Facebook y el canal de YouTube.

Dos años consecutivos nominados como Mejor Revista en Barcelona... ¿Cuál es su sueño?

El estar ya nominados es un orgullo. Eso significa que la revista gusta y tiene calidad, que hacemos un buen producto. Hacer la revista da muchísimo trabajo y quebraderos de cabeza pero merece mucho la pena porque estableces lazos de amistad con autores que son grandes personas, gente que con el tiempo he pasado de hablares de usted a llamarles amigos. Eso no tiene precio.

¿Se puede vivir de la historieta en España?

En general no. La demanda no es tan alta como para que un autor tenga trabajo continuado realizando cómics. Lo normal es encontrarte con dibujantes que alternan los cómics con el diseño gráfico, la publicidad, etc. El caso del guionista es muy parecido, alternan sus profesiones serias con la realización de guiones. Aquel que vive íntegramente del cómic en España trabaja también para el mercado francófono o el estadounidense.

¿Cómo ve el mercado del cómic actualmente en España?

El cómic sufre fuertemente la crisis al tener un público menos amplio que otros sectores como la literatura o el cine. Hay que quitarles esa idea equivocada de que la palabra cómic significa dos superhéroes pegándose tortas. Hacerles notar que muchas series o películas que ven están basadas en cómics. Que grandes guionistas de cómics lo son también de cine. Que muchos novelistas que admiran han guionizado cómics. Que muchos de sus relatos literarios favoritos han sido adaptados a cómic. Estoy convencido de que hay un cómic para cada persona.