La veterana intérprete Gemma Cuervo (Barcelona,1936) se mete en la piel de «La Celestina», obra que este viernes y sábado se representa en el Cervantes y que pone el broche de oro al Festival de Teatro de Málaga.

¿Qué conexiones mantiene la obra de Fernando de Rojas con la actualidad?

La codicia y la usura son dos aspectos que no dejan de estar presentes en nuestros días. También el alcahuetismo. Y la misoginia, representada en el personaje de Sempronio.

El desprecio hacia la mujer sigue, desgraciadamente, estando muy presente en nuestros días...

Sigue estando. No se ha erradicado.

Lo que nos viene a decir que hemos evolucionado muy poco...

Hemos evolucionado en muchísimas cosas, tecnológicamente y en el mundo de la moda. Y nuestra calidad de vida es ahora mejor. Pero en las otras cosas seguimos usando unos baremos impropios. Las estructuras sociales no están hechas a favor del ser humano. Nos comen la vida para pagar facturas y luego nos morimos. Ya está.

Qué visión de la vida más triste...

Es la vida real. Todos nos levantamos cada mañana corriendo para trabajar, tener un lugar en la sociedad y pagar nuestras facturas. Unos con más suerte y otros con menos. Algunos se lo llevan todo y los demás hacemos el trabajo de por vida para que esos otros se lo lleven todo. Ahora estamos pasando una época muy delicada por culpa de la caída del sistema financiero internacional, no el nuestro.

Usted ha vivido otras crisis. ¿Podrían compararse a ésta?

No. No he conocido en mi vida una crisis como ésta.

¿Cree que se pueden cambiar las cosas?

Poco a poco se han cambiado. El mundo de la mujer no es el mismo que era. Ahora las mujeres hemos optado por reivindicar que no somos invisibles. Y hemos optado por no creernos las palabras de Aristóteles, que decía que las mujeres no tenían alma. El gran filósofo se equivocaba completamente. Pobre de su madre, que debe de estar llorando a través de los siglos de la opinión de su hijo.

Lo que parece claro es que los políticos y los banqueros no ayudan mucho.

Los que nos gobiernan nunca han tenido ni idea de lo que necesitamos, ni la sociedad ni el mundo de la cultura.

¿Cómo ve a la nueva generación de actores que viene pisando fuerte?

Hay una gran generación de buenos actores. Están muy preparados y el relevo generacional lo asumirán con muy buena nota. Aunque no todos, porque también están los que buscan la fama inmediata. Pero a ésos se les ve venir.

¿Qué diferencias resaltaría entre el escenario y el plató de televisión?

El teatro requiere un estudio profundo de los personajes. Y la televisión requiere una inmediatez total. Es un gran ejercicio para mantenerte alerta.