Alejandro Suárez fundó su primera compañía en 1998 y desde entonces ha participado en la creación y asesoría de numerosas empresas relacionadas con la tecnología. Actualmente es vicepresidente de la Asociación de Inversores y Emprendedores de Internet (AIEI) y es uno de los mentores del proyecto Wayra promovido por Telefónica. También ha participado en redes de business angel.

¿Cuál es el truco de Google?

El truco está en hacernos creer que es gratuito algo que pagamos con información y privacidad. Creemos que utilizamos muchos productos que además de magníficos son gratuitos, pero en realidad se trata de un intercambio en el que estamos facilitando un gran volumen de información personal a una compañía.

¿Y qué hay del respeto a la privacidad?

La privacidad es negocio en si mismo, y Google la utiliza. Cuanto más intrusivos son los productos, más nos conoce. Si utilizamos solamente el buscador, sabe relativamente poco. Pero si además somos usuarios del teléfono móvil con el sistema Android, o del correo electrónico Gmail o del Google Calendar va sabiendo mucho más de nosotros, interrrelacionando los datos y elaborando un perfil personal. Ya lo tiene de más de mil millones de personas en todo el mundo. Google lo sabe todo y lo explota publicitariamente.

Entonces se están vulnerando las leyes que garantizan la confidencialidad de nuestros datos personales...

El cumplimiento de las leyes y los estándares de privacidad en Europa no parece ser una de las grandes preocupaciones de la compañía, partidaria de cumplir la legislación de Estados Unidos, que es mucho más suave y tenue en estos temas. Google tiene un director global de privacidad que ya reconoció hace tiempo que es muy difícil respetar las leyes en Europa porque son 27 países y cada uno tiene sus propias normas.

¿Y las autoridades europeas no han reaccionado?

Sí, la Comisión Europea ha abierto una investigación antimonopolio muy seria contra Google, que dirige el comisario de la Competencia Joaquín Almunia. En unos meses deberán decidir ya sobre el expediente y optar por interponer una sanción o limitar su actividad para evitar que se convierta en un auténtico monopolio en el Viejo Continente.

¿Hasta dónde llegan los tentáculos de Google?

El buscador de Google es solo uno de los más de cien productos de la compañía. Estamos hablando una de las empresas más fuertes del mundo, con 40.000 millones de dólares (30.000 millones de euros) de ingresos al año y tentáculos en todas las industrias. En el sector tecnológico cuenta con todos los quesitos excepto uno, el de las redes sociales. Tiene el monopolio de las búsquedas, lo que significa el tráfico; de los contenidos, con Youtube; el de la publicidad en temas contextuales y gráficos y ahora van a tener en breve el monopolio de la telefonía móvil porque son dueños de la plataforma Android, donde cada día se dan de alta 600.000 móviles con esa plataforma. Eso significa que en uno o dos años habrá un 70 % de móviles con el sistema Android y el resto se lo repartirán el resto de las marcas. Ha conseguido dar el paso del ordenador y la pantalla al teléfono, con lo que acompañará al usuario a todas partes.

Una especie de gran hermano, entonces, ¿no?

Orwell, que escribió 1984 hace sesenta años, nunca pudo imaginar que llegaríamos a tanto. Si hoy su gran hermano buscara trabajo dentro de una estructura como la de Google, sólo será un becario de primer año. Hablamos de la gran plataforma de información del mundo. No solo lo sabe casi todo de mil millones de personas, sino que además Google tiene firmados acuerdos con la CIA, el FBI y la NSA americana para facilitar información de cualquier persona, incluso sin orden judicial, en aplicación de una ley, la USA Patriot Act. No somos conscientes de todo lo que sabe. Si utilizamos su correo electrónico conoce nuestros contactos, a qué hora nos relacionamos, desde que IP. Incluso sabe qué tipo de relación tenemos con nuestro interlocutor, si es positiva o negativa..

¿Eso significa que lee los correos?

Lo hace por medio de un algoritmo matemático que escanea mensajes en busca de información. Nuestros correos son a tres: el emisor, el interlocutor y el algoritmo que lee nuestros mensajes. Así puede saber el producto que nos gusta, lo que queremos comprar, donde vamos a ir de vacaciones y eso engorda un dossier personal, como si fuera la CIA de los noventa, que se utiliza para vendernos publicidad de una manera más efectiva.

Además, Google gana mucho dinero pero deja poco...

Google tiene que devolver en forma de servicio o de otra manera la confianza depositada por los países europeos. Se limita a tener oficinas comerciales con muy poca inversión y que paga muy pocos impuestos.

Que una empresa fabulosa como ésta esté pagando 20.000 euros de impuestos...