El Círculo de Tiza nace en 2003 como respuesta a la necesidad de las actrices Cristina Segovia y la malagueña María Bravo de generar y gestionar su propio trabajo. «Amortal» es su quinto montaje, una obra sobre las relaciones de pareja que hoy (21.00 horas) y mañana (20.00 horas) se representa en el Echegaray.

¿Cuáles son los alicientes de este montaje?

Amortal es una función dirigida a todo tipo de espectadores en la que se da tanto el drama como la comedia, igual que en la vida misma. Cuenta la historia de un amor o la historia de una convivencia. La historia de un camino que va desde la soledad a la derrota, o del deseo al infinito. Es una historia de palabras o de cómo nos comunicamos. La historia de dónde reside la felicidad. Esta es la historia de un hombre y de una mujer, y de todo lo que ocurre entre sus labios. La obra está dirigida por Salva Bolta, uno de las jóvenes realidades del panorama teatral nacional (Centro Dramático Nacional). Y me gustaría destacar el trabajo extraordinario de los actores que han desarrollado su carrera tanto en teatro, cine y televisión: Mercedes Castro, Francisco Olmo y Nacho Medina. El espacio escénico y sonoro está creado con proyecciones y una sugerente banda sonora que acompañan al espectáculo, alcanzando momentos escénicos que llegan al corazón del espectador, creando imágenes de tal belleza que se guardan en su recuerdo.

El amor y la pareja son temas abordadísimos en la historia del teatro. ¿Qué añade Amortal?

Intentar definir el amor o las relaciones de pareja es una tarea absurda. El amor hay que vivirlo, sentirlo y hacerlo. Al final, cada uno ama a su manera y sobrevive como puede. De esto habla nuestra función. Del mundo de la pareja y de la oportunidad que supone una persona que entra en tu vida. Porque no es cuestión de lo que se busca sino de lo que inevitablemente se encuentra. El amor, materia de vida o de literatura, sigue siendo una de las razones por las que gira el mundo y el amor se relativiza con la convivencia. Hay que aprender a aceptar la realidad. Creer en el amor verdadero. Creer en el amor para siempre. Porque si crees muy fuerte en algo puede que se cumpla. Porque si al amor le das tiempo, todo puede ser posible. Posible y relativo. Como la vida. Amortal es un espectáculo nacido durante un proceso de colaboración entre tres actores y una dramaturga, poeta, con la intención de traer a la actualidad el eterno conflicto con el otro. El proceso se inicia con una serie de propuestas escénicas a partir de improvisaciones alrededor del mundo de la pareja que acabará construyendo el material de base para el trabajo posterior. La escenografía austera, con poco mobiliario y sólo una pantalla, da un vuelo poético a la puesta en escena de Salva Bolta.

Es el quinto montaje de El Círculo de Tiza. ¿Podría hacer balance de las frustraciones y satisfacciones cosechadas a lo largo de estos años?

Hablar de las frustraciones del teatro es una tarea absurda. Cada función que hacemos es como una nueva creación o un nuevo hijo y hay que amarlos como tal. De cada montaje se va aprendiendo pero fallas en otras cosas. Lo comparo con la maternidad porque acabo de ser madre y no hay nada más bello que crear una vida, hay que tener una gran vocación, como el amor al teatro. Claro que necesitaríamos más ayudas y subvenciones, sobre todo en estos tiempos de crisis, que la cosa está que arde y nuestra supervivencia pende de un hilo, pero no quiero quejarme, no aquí en mi tierra que siempre me ha abierto los brazos. Ahora tenemos la oportunidad de actuar en el Teatro Echegaray, un espacio emblemático de la ciudad y un honor para nuestra compañía. Siempre hemos contado con el apoyo del Cervantes para estrenar nuestras obras aquí y eso es un honor.