«Tabletom aún tiene mucho por decir en la música». Así lo entienden los hermanos Perico y Pepillo Ramírez, miembros originales de la mítica banda, que el próximo miércoles 14 de marzo inicia en el Teatro Cervantes (21.00 horas) una nueva etapa tras el fallecimiento de Roberto González, Rockberto, el carismático cantante del grupo durante sus primeros treinta y cinco años de trayectoria. En la flamante alineación de este nuevo Tabletom destaca, cómo no, el cantante de Eskorzo, Tony Moreno, que ha aceptado –como adelantó en primicia La Opinión (10/11/2011)– el reto de ocupar el puesto de frontman del grupo malagueño a sabiendas de que será el centro de todas las miradas.

«Puede que al principio me intimidara lo que pudiera pensar el público al suplir a un personaje tan carismático como Roberto, pero eso hay que obviarlo. Ellos han decidido seguir hacia adelante con Tabletom para poder seguir haciendo canciones con esas letras tan poéticas», destacó Moreno, que quiso dejar bien claro un detalle: «Que nadie espere ver a Roberto sobre el escenario. Yo llevo barba y puedo ser un tanto canalla, pero no voy a imitarle».

El vocalista se mostró agradecido por la oportunidad de formar parte de un grupo al que admira desde siempre y que ha sido una influencia desde sus comienzos, «aunque desgraciadamente haya tenido que ser por la desaparición de Roberto, al que admiraba como cantante y artista», dijo.

Perico, por su parte, aseguró que ha sido «una suerte» que Tony se cruzara en el camino de Tabletom, ya que por momentos pensaron abandonar. «Cruzarnos con Tony nos ha venido muy bien, porque ha significado que Tabletom tiene ahora una nueva vida y se abre una nueva etapa. Ni mucho menos queremos vivir de las rentas sino seguir al pie del cañón», relató. La nueva etapa a la que se refiere el guitarrista tiene que ver con la inminente grabación de un nuevo álbum, en el que Tabletom quiere desarrollar las posibilidades que les ofrece la garganta de Moreno. «Ahora podremos hacer otro tipo de temas, más cantados, con más melodía y que se puedan tararear fácilmente. Con Roberto y su voz-pregón, esto era más complicado».

A lo que no renuncia Tabletom es a su estilo, su sonido, su alma y su independencia. «Nos mantendremos en la misma línea. Seguiremos haciendo canciones de ocho minutos. Tabletom tiene su propio sello, Tony va a aportar su manera de entenderlo. ¿Que no nos compran el nuevo disco? Nunca nos los han comprado, tampoco nos vamos a preocupar. Más ruina que la que teníamos, no vamos a tener», apuntó Perico. Preguntados por la legión de seguidores de Rockberto, los hermanos Ramírez resaltaron que la continuidad de Tabletom «no es una falta de respeto» para él. «Roberto ha sido nuestro amigo desde que teníamos 15 años, formamos el grupo juntos y nunca ha habido entre nosotros ni liderazgos ni le hemos considerado más o menos. La gente puede sacar sus propias conclusiones, pero quienes quieran condenarnos a que no sigamos sin él es que no se han enterado de lo que es Tabletom».

En el concierto del próximo miércoles sonarán los grandes clásicos de la banda, El vampiro, Me estoy quitando o Guadalmedina, entre otros, y varios temas que llevaban tiempo sin interpretar. También contarán con la colaboración de Tony Zenet, que interpretará varias canciones. Dos días después de su presentación malagueña, Tabletom acudirá a Granada (Sala El Tren), donde este nuevo periplo vital y musical iniciará su despegue.

Tabletom ha optado por seguir hacia adelante y mantener así viva su ya inmortal música.