El escritor malagueño José Manuel García Marín alcanzó el éxito con sus dos primeras novelas, Azafrán, que ya ha llegado a 14 ediciones, y La escalera del agua. Ahora regresa a la actualidad literaria con La reina de las dos lunas, publicada por la editorial Roca y en que cuenta una historia basada en hechos reales, la de la sultana de Mijas, la joven que huyó de Fez con un esclavo cristiano para establecerse en la localidad malagueña.

¿Cómo llega a descubrir a la sultana de Mijas y por qué la elige como protagonista?

Llego a ella a través de la poca documentación que hay en los archivos y gracias al historiador Carlos Gozalbes y me pareció una historia tan extraordinaria que había que contarla.

¿El hecho de que se conozca tan poco de ella ha sido un problema a la hora de crear la ficción?

Tiene una ventaja y una desventaja. Sabemos el final, porque sabemos que una sultana que se escapó con un esclavo llegó a Mijas. Conocemos cómo se llamaba él y que ella fue llamada Doña Juana de Carlos y todo lo demás es un reto que te da la oportunidad de novelar, siempre que sea con verosimilitud.

¿Cómo preparó la novela, sus personajes y escenarios?

Lo primero que hice fue irme a Fez, internarme en sus calles hasta perderme para obtener el sabor de la ciudad. Yo creo que a los sitios hay que ir para que después el lector conecte con ellos con más facilidad. También visité Mijas y estudié lo poco que había de documentación.

Ha convertido el personaje de la sultana en una mujer de carácter, independiente, decidida, atípica para esa época…

Absolutamente. Tenía que ser así. La novela es un canto a la libertad y el amor elegido que ella quería conseguir a toda costa y para ello tenía que ser alguien con carácter fuerte y determinación. Y así son tanto ella como él.

De Estevan, el esclavo, tampoco se conoce demasiado…

De él sólo se conoce su nombre y su apellido y tras ellos, que no tienen hijos, desaparece toda su historia. Hay un cronista que contó a un noble la historia y se sabe, por el retraso en la cantidad que le daba Carlos V, que ella usaba un escribano que siempre empezaba por decir «Doña Juana de Carlos, reina que fue de Fez…».

¿Cómo es posible que una historia así cayera en el olvido?

¿Cómo se puede difuminar? Ése ha sido otro acicate para contarlo, algo tan bonito había que volver a ponerlo en el escenario andaluz.

Y su recuerdo se va a recuperar en Mijas, ¿no?

Sí. En Mijas se va a hacer un recorrido que está preparando el Ayuntamiento para ofrecer una ruta de la sultana.

Aprovecha la novela para recrear la Mijas de la época, la Málaga antigua…

En Mijas he recreado poco, he contado cómo era la zona de las murallas, y también aprovecho para hablar de Málaga y Córdoba, de un pasado que existió.

Esa Málaga, la del XVI, de la que la gente no sabe demasiado.

Hay un desconocimiento tremendo de Málaga, muy poca gente sabe que la Catedral está construida sobre los cimientos de la mezquita, que fue muy importante. Creo que tiene que calar y el malagueño tiene que conocer sus raíces, cómo era Málaga, cómo incluso sus costas han cambiado, por ejemplo, el castillo de los genoveses fue un elemento muy importante y del que hoy ya no queda nada…

Más allá de los dos protagonistas, ¿con qué personaje se queda, cuál le ha generado más simpatía?

Me ha generado mucha simpatía el aya de la sultana, capaz de atravesar el corazón con una daga sin pestañear. Fue un personaje que surgió y al que hago acompañar a los protagonistas en la huida. Es una mujer educada para defender a la joven hasta la muerte y si hay que matar, mata.

¿Cree que ha habido una evolución como escritor en sus tres novelas?

Son tres novelas distintas. Cuando hablamos de novelas es como hablar de los hijos. Es difícil comparar, no me atrevería a decir cuál es mejor. La primera, Azafrán, hablaba de Al Ándalus, la segunda, La escalera del agua, de los moriscos, y con esta tercera he querido hacer un canto a la libertad y el amor. Es una novela de acción, amor, aventura…

¿Qué le diría al lector para que lea su novela?

Que si quiere entretenerse, divertirse, encontrarse con elementos de la época, aromas, sabores, acción, libertad o amor lo encontrará en La reina de las dos lunas.