Es sin duda, uno de los magos más creativos del momento y, cómo no, siempre sorprendente, también por su estilo romántico y elegante. «Lamentablemente, no tenemos la varita mágica para salir de esta crisis económica», asegura

Empecemos por aclarar términos, ¿magia o ilusionismo?

Ilusionismo es lo que mejor define aquello que nosotros hacemos, pero magia es el término que más me gusta porque es más directo. Es curioso ya que se usa mucho en publicidad: la magia del perfume, de los sabores, etc. Tiene un significado muy amplio y especial. En épocas pasadas, en la España medieval, se asociaba más con una parte oscura. Entonces se empezó a utilizar el adjetivo blanca para diferenciarla de todas aquellas connotaciones negativas y hoy, afortunadamente, aquello se ha superado y todo el mundo entiende como magia la ilusión.

Los que siguen sus espectáculos dicen de usted que sobre el escenario es romántico y practica movimientos limpios. ¿Es ese el hecho diferencial de su marca?

Mi estilo es una prolongación de mi personalidad. Yo soy una persona, pausada, lenta y guardo las formas. Recuerdo que cuando estudiaba tenía que ir en autobús al instituto y nunca corrí para cogerlo. Lo perdí varias veces, yo iba a mi paso. Soy igual en el escenario. Me encanta ver a magos rápidos, trepidantes y con un ritmo frenético, sin embargo yo no puedo hacer eso.

Tampoco habla nunca cuando actúa.

No, jamás lo hago. Uno de los motivos es que al viajar por todo el mundo con un número visual no tienes barreras ni fronteras.

¿Qué tiene un mago de actor, de cómico, de encantador de serpientes y, si me lo permite, hasta de trilero?

Lo ideal es que tenga todo eso y más. Un ilusionista debe alimentarse con todas las artes escénicas complementarias porque va a enriquecer el espectáculo. Los grandes números están hechos por personas preparadas en diversas disciplinas. Si solamente haces trucos, te quedas solo en eso. El truco es, en algunos casos, mecánico y lo podría hacer cualquier persona. Todos podemos pintar, pero lo que ha de diferenciar al artista es la forma, el cómo. Sabemos cantar, pero como Frank Sinatra, solo él.

Por tanto, ¿usted es de los que cree el mago nace más que se hace?

Yo diría que se nace en todo. Esto es el gran teatro del mundo de Calderón de la Barca, cada uno con un papel ya determinado. Elegimos mucho menos de lo que creemos. Pensamos que somos libres para escoger y es mentira. Nacemos ya incluso con los gustos personales, vienen con nuestro sello de identidad. La vida está casi determinada cuando venimos al mundo, son las circunstancias las que uno sí puede alterar y se llegará más lejos o menos dependiendo del esfuerzo. Yo soy mago porque he nacido y no he hecho mucho para conseguirlo, la vida me lleva. Picasso decía «no soy yo quien pinta, la mano me arrastra».

Y a usted, ¿qué es lo que le ha arrastrado hasta su éxito incontestable?

Normalmente en la infancia ves a un ilusionista y te impacta mucho más que a los otros espectadores. Cuando yo tenía 9 años vino a trabajar uno a la escuela donde yo iba. Recuerdo que el maestro por la mañana nos dijo que lleváramos una peseta porque iban a hacer un espectáculo de magia. Esa peseta era para sufragar los gastos. El mago vivía con la aportación de cada alumno. Se recorría la geografía española de escuela a escuela para ganarse la vida. Pedí el dinero a mis padres y fui a verlo. Aquel espectáculo me fascinó. Iba dirigido a unos 500 niños. Cuando salí aquella tarde de la escuela fui a mi casa y tenía claro que quería ser mago e intenté repetir lo que había visto. En León nos conocemos todos y de aquellos niños en el único en que creció la semilla de la magia fue en mí. Yo ya tenía el camino escrito.

Tengo curiosidad, ¿volvió a saber de aquel mago?

Años más tarde, cuando hacía bachillerato, me lo encontré en otra escuela. Su nombre artístico era Frank Meri. Hablé con él y le dije que tras presenciar su show de pequeño quedé encantado y me había hecho mago. Le acompañé desde la escuela hasta una pensión de mala muerte donde él vivía. Por el camino le ayudé a llevar unas maletas llenas de trucos. Yo era el hombre más feliz del mundo en ese momento y él, un fracasado y frustrado de la vida. Me dijo: «Nunca te dediques a esto. Es una mala vida, déjalo, déjalo, déjalo», repetía. Y me desanimé. Años más tarde me dijeron que se había suicidado tirándose a las vías del tren en León. Aquello me hizo reflexionar todavía más. Él nunca pudo subirse a escenarios de grandes teatros, pero ese espíritu de energía que no pudo canalizar me lo transmitió, depositó en mí su semilla.

¿Sigue siendo el de la magia un mundo de hombres?

Sí, mayoritariamente. Hay muy pocas excepciones, entre ellas Huang Zheng que es china y, casualmente, mi mujer. El país donde más magas hay es China. ¿Por qué hay tan pocas? No lo sé, pero yo diría que al sexo femenino biológicamente no le interesa mucho este mundo, tiene otras inquietudes y prioridades.

Su historia está plagada de éxitos, ¿pero se ha sentido alguna vez frustrado encima del escenario?

No, porque hacemos lo que nos gusta y las mayores satisfacciones siempre me las da la magia. Cuando no hago bien un trabajo me entristezco pero lo positivo siempre supera a lo negativo. Soy un afortunado.

¿Se impone el mercantilismo también en el mundo de la magia o la creatividad del sujeto siempre está por encima?

Todo es posible. Las ideas se compran y se venden. Los magos de Las Vegas, la capital mundial de la magia, tratan de buscar siempre el truco más sorprendente para atraer a los espectadores del ilusionista que está en el hotel de al lado. Si yo tuviera una idea que quisiera comercializar, podría hacerlo. De hecho hay una gran demanda, sobre todo de trucos grandes porque no hay ahora mismo mucha novedad y se repiten números.

¿No hay crisis en su universo artístico?

Hay menos trabajo. A la hora de hacer recortes se puede prescindir de los espectáculos y no de la sanidad o la educación. Eso es lógico. El mercado de la venta de productos de magia también ha disminuido porque si trabajas menos, no compras tanto material. ¡Lamentablemente no tenemos la varita mágica para salir de esta situación!