El 19 de agosto de 1487 los Reyes Católicos hacían su entrada triunfal en Málaga tras varios meses de duro asedio. Esta conquista representó uno de los acontecimientos finales en el proceso de expulsión de los musulmanes. Tras la rendición, la Corona asumió la Administración central y el gobierno de todo ese engranaje burocrático fue dirigido tanto por Isabel como por Fernando. Estas primeras ordenanzas oficiales para Málaga, que constituyen los documentos más importantes de la ciudad y que atesora el Archivo Municipal, han alargado sus 523 años de vida gracias a los beneficios de la restauración.

El Archivo Municipal, adscrito al Área de Cultura del Ayuntamiento, encargó a la empresa especializada Quibla Restaura la recuperación del primer volumen de la Colección de Originales de la Ciudad de Málaga, que data desde 1489 a 1499. Este valiosísimo conjunto documental está compuesto por sesenta volúmenes, hasta el reinado de Carlos III (1733), y recoge numerosos escritos, tales como privilegios, cartas o nombramientos que dictaban los Reyes Católicos.

María Pepa Lara, jefa de servicio del Archivo Histórico y Administrativo Municipal, destaca la recuperación de estas ordenanzas reales, que aparecían firmadas tanto por el rey como la reina. «Es una documentación valiosísima sobre nuestra historia, que ha recuperado toda su vitalidad y además nos ha permitido, antes del encuadernado, su digitalización, para preservar más su conservación futura».

Es que más de cinco siglos dan para mucho. Estos documentos, escritos en letra cortesana y encuadernados en pergamino, presentaban un estado de conservación irregular y un deterioro «importante», según el informe. Entre los daños, galerías practicadas por insectos, acidez de la mayoría de las hojas, manchas, deformaciones y arrugas, rasgados y roturas, especialmente en los pliegues de las cartas, y multitud de parches que fueron adheridos en su momento para reforzar estas zonas rotas.

El proceso de restauración, que se ha llevado a cabo en el laboratorio del Archivo Histórico Provincial, al que agradecen la cesión gratuita de estas instalaciones, ha sido muy laborioso y se ha dividido en varias fases. Tras el siglado a lápiz página a página y la documentación fotográfica, se procedió al desmontaje de la encuadernación, el estudio con microscopía óptica y la identificación de fibras y tintas. Siguieron la medición de ph y gramajes del papel, tests de solubilidad de tintas, clasificación por tipologías y patologías, la individualización de hojas y cuadernillos y la desacidificación del papel mediante baño en hidróxido cálcico y estabilización de tintas, según el informe.

Sistema revolucionario. Estos trabajos han utilizado las tecnologías más punteras en este ámbito. Especialmente ha sido en el caso de algunos documentos que no permitían su tratamiento mediante baño. La eliminación de colas y manchas se realizó con un revolucionario sistema de limpieza, gel rígido, un método innovador aplicado en 2011 en el Instituto Valenciano de Conservación y Restauración. La fase de injertado ha sido primordial para este conjunto documental, con diferentes tipos de papel y procedencias variadas, como atestiguan las filigranas de los distintos productores papeleros. «El injertado consiste en colocar un soporte celulósico (en este caso se empleó 50% de pulpa de algodón y lo mismo de pulpa de lino) en las lagunas o pérdidas de papel. En la actualidad se emplea un sistema mecánico muy avanzado que permite injertar en húmedo aquellos documentos que sean susceptibles de recibir este tratamiento y que presenten un alto porcentaje de pérdida», reza el informe.

Este proceso se ha realizado en una injertadora mecánica, colocando el documento dentro de una rejilla que lo sujeta y que queda inundada por agua, donde se vierte la pulpa de papel previamente preparada. El desmontaje de los parches, la eliminación de cintas adhesivas mediante cloroformo, el laminado mediante la adhesión en algunos documentos de papel japonés para acabar con las deformaciones, el tratamiento de los sellos a seco para que no pierdan su relieve, el plegado de los cuadernillos de forma que no dañe ni provoque arrugas, el cosido de las hojas, el montaje por costura y el encolado de las tapas y guardas son parte de las actuaciones que han devuelto su esplendor original.