No son el reportaje periodístico de un acontecimiento como es el caso de un joven asesinado en Grecia años atrás, son la versión plástica de la emoción provocada por el sentido homenaje que sus compatriotas griegos le hicieron en Atenas, el despertar político y social de los indignados del 15-M o pequeños flashes de la noche malagueña. Estas palabras resumen el espíritu artístico de la exposición que ha colgado hasta el 4 de mayo en Gravura el artista Pablo Rodríguez Guy.

Testimonios que reflejan el compromiso social y político de este autor a través de una quincena de piezas, que constituyen la presentación en Málaga de este artista jienense, afincado desde los últimos tres años en la Costa del Sol.

Réquiem por un joven griego es una de las obras más destacadas, en cuyo inmenso formato el creador ha combinado el grabado y la fotografía como una pieza única. «Mi lenguaje creativo se adentra en la abstracción, pero con pequeñas adivinaciones figurativas», asegura Rodríguez Guy, quien destaca que su interés se centran en el «resultado plástico» de la obra.

Una exposición en Madrid, el pasado año, coincidió con el boom de los indignados del 15-M y sus concentraciones en la Puerta del Sol: «Me emocionó ver que los jóvenes despertaban del letargo, que se enfrentaban a la grave situación de crisis económica», detalla el autor, que dedica otra pieza a este movimiento social.

Su amor por Málaga también queda plasmado en esta exposición en Gravura a través de la serie Noche malagueña, título de un poema de Antonio Machado. Se trata de un conjunto de piezas que engloban las «impresiones» de su vida aquí: «Son ejemplos de mi admiración por esta ciudad, como los paseos por el puerto, las fiestas, el flamenco, la Alameda...»

Y es que hasta que el jienense ha hecho parada en Málaga, su vida artística le ha permitido recorrer medio mundo. Su obra es muy conocida en Alemania, Bélgica, Holanda, Portugal, Estados Unidos, Japón. Pero la Costa del Sol, al final, ha cautivado su corazón.