Hombre de cine. Productor, exhibidor, distribuidor y, desde el pasado año, presidente de la Academia. El cántabro Enrique González Macho -que asegura que acudirá como invitado al próximo Festival de Málaga- no cree que los problemas de un certamen es que haya otros muchos más por todo el país y considera «terrible» que las ayudas a las películas tengan tan mala prensa.

El Festival de Málaga cumple quince años de apoyo exclusivo al cine español. ¿Qué visión se tiene de este certamen desde la Academia?

Lógicamente, la opinión al respecto es muy favorable. Creo que este año va a ser una edición muy potente pese a los recortes que ha tenido y pese a los problemas económicos que todos sabemos que tienen hoy día todas las actividades, en cuanto a contenido, que es lo importante. Creo que el Festival de Málaga este año va a dar un salto muy importante.

El director de la cita malagueña, Carmelo Romero, asegura que hay demasiados festivales en España y que se destina mucho dinero a citas menores. ¿No debería contar con más apoyo el proyecto malagueño?

La Academia no aporta ayuda económica. Lo hace el Ministerio de Cultura. ¿Qué hay muchos festivales? Pues sí. Puede ser que haya muchos. En todas partes hay muchos. Todo el mundo tiene derecho, si cuenta con medios para hacerlo, de tener el festival que le de la gana. Eso es evidente. ¿Hay muchas exposiciones de pintura o conciertos? Pues no lo sé: hay lo que hay. No creo que el problema sea si hay muchos o pocos.

Muchos malagueños se preguntan, teniendo en cuenta la inversión que las arcas municipales realizan en el festival, la función real de este evento.

La primera función del festival es concentrar una serie de películas para darlas a conocer. Películas, ciclos, retrospectivas…. Creo que en ese sentido el Festival de Málaga es bueno. ¿Que eso cuesta dinero? Pues sí, claro que cuesta. Todo cuesta dinero a las arcas municipales. Lo que habría que valorar es si compensa la repercusión que tiene. Málaga se conoce por cosas muy importantes. Más importantes, probablemente, que el Festival. Pero el Festival forma parte de toda la serie de acontecimientos que hacen que Málaga esté, en un momento determinado, en la boca de la gente. Eso también es importante.

Pero al final parece que no hablamos de cine sino de promoción turística…

Hablamos de la promoción de un lugar. No sólo turística. La gente no va a ir de vacaciones a Málaga porque haya un festival. Pero si están oyendo hablar de Málaga, pues irán por eso o por otras circunstancias. Salvando las distancias, podríamos poner por ejemplo el Museo Picasso. No todo el mundo visita Málaga por el Museo Picasso. Lo importante es que la gente vaya por uno u otro motivo.

La cita de Málaga pretende ser una foto fija del cine español. ¿No está esa foto un tanto difuminada por los últimos recortes que ha sufrido el cine?

Bueno, este año no. Los resultados de los recortes los veremos dentro de dos años, no ahora. Al Festival de Málaga acuden películas que se han hecho hace un año o año y medio.

¿Entonces cabe pensar en un futuro desolador?

Si nos pusiéramos en un caso extremo, si no se hiciera cine español durante los próximos años, pues no habría Festival de Málaga. Porque no habría nada que poner. Pero esperemos que eso no pase.

¿Tan duro ha sido el tijeretazo?

Sí. Los recortes han sido salvajes.

Los que están a favor de estos recortes sostienen que el cine español está altamente subvencionado.

Eso es un tópico que está ahí y es terrible. Resulta que la subvención a las películas supone un 15 o un 18 por ciento del presupuesto, que es una cifra ridícula, incluso dentro del propio presupuesto del Ministerio de Cultura. Y lo que nadie dice, aunque el propio ministerio lo reconoce así, es que cada euro invertido en las ayudas al cine revierte al Estado tres euros y medio. O sea, que es una actividad, por suerte, profundamente rentable para el Estado. Pero parece que el cine es el culpable de todo: no se dice nada de la música, de las artes escénicas, de la ópera…, que tienen unas ayudas más elevadas.

¿Pero es normal que a una película como Torrente 4, que recaudó millones y millones y que recibió subvención, no se le pida la devolución de esa ayuda?

La razón de la actividad económica privada es ganar dinero. Eso es así. Lo que no se puede es penalizar el éxito. Hay que tener en cuenta la rentabilidad que le da al Estado la película de Santiago Segura por lo que habrá percibido, que como máximo, y no sé si habrá llegado, es un millón de euros, y resulta que ha revertido al Estado siete u ocho millones. Se lo ha ganado. Es como decirle a Repsol o a Inditex, que generan tanto al estado, que como ganen dinero se acabaron las ayudas o que las devuelvan.

El certamen malagueño se propuso en su día pedir a la Academia que trasladase, aunque fuese por un año, la celebración de los Goya a Málaga ¿Lo cree posible?

Encantados. Pero habrá que explicarles a los malagueños que eso cuesta una fortuna. Pero lo llevaríamos a Málaga, a Logroño o a Ceuta. Estaría encantados de hacerlo. Si quieren, la próxima edición.