«Todo tiene un límite. Llevo mucho tiempo aguantando esta situación. Me siento vejado. Trabajo siete horas a diario, pero no hago nada. A veces me mandan copiar y pegar noticias que me envían en una página web de la que ni siquiera tengo correo electrónico. Nada más».

Estas palabras son de Antonio Luque, coordinador del Festival de Málaga Cine Español, quien el pasado 2 de abril presentó una denuncia contra el certamen ante la Inspección de Trabajo por trato vejatorio o mobbing. Lo que Luque reclama es «que se cumpla con la orden judicial» que declaró improcedente su despido y que obligaba a la empresa municipal del Festival de Cine a su readmisión «en el mismo puesto que venía desempeñando y con las mismas condiciones», según la sentencia del Juzgado de lo Social nº 5 de Málaga.

En junio del pasado año, Luque fue despedido por el director gerente de la cita cinematográfica, Carmelo Romero. Pero la citada sentencia obligó al Festival a reincorporarlo, aunque Luque mantiene que no ha vuelto a su anterior puesto y que su trabajo lo realiza ahora otra persona. «Hay un señor en mi puesto, Juan Antonio Vigar, que realiza el trabajo que yo hacía antes», sostiene Luque, que hace unos días recibió la vista de un inspector de trabajo en la oficina de la Málaga Film Office, donde fue destinado desde su reincorporación, en noviembre pasado.

Luque, que forma parte del organigrama del certamen desde sus comienzos, ha sido citado por la Inspección de Trabajo el próximo jueves 26 de abril y espera poder acabar pronto con esta «dura situación» en la que dice encontrarse. «En un estado de derecho es fundamental que se cumplan las órdenes judiciales, y sobre todo tratándose de una empresa municipal. Es cierto que la sentencia se ha recurrido, pero mientras llega el recurso, deben cumplir con el mandato del juez», matiza Luque, que, además, recalca que durante en este tiempo «ningún responsable del certamen se ha dignado a hablar» con él o a darle «una explicación» respecto a su situación.

No es la primera vez que Luque reclama una «ejecución de la sentencia». Ya en febrero, acudió a los juzgados para solicitar que les sean restablecidas sus anteriores funciones. Por entonces, el concejal de Cultura del Ayuntamiento, Damián Caneda, sostuvo que a Luque se le había dado «la coordinación de un área», aunque matizaba que «se tiene una gran desconfianza» sobre él. «El Festival cumple con lo ordenado en la sentencia, que es darle un puesto de trabajo y pagarle un sueldo. Evidentemente, no puede tener un puesto de confianza», señaló Caneda.