Es el año de Santos Trinidad, de No hay paz para los malvados y, claro, de José Coronado. El actor visita el Festival de Málaga para presentar el tráiler de su nuevo trabajo, El Cuerpo, un thriller psicológico en el que vuelve como policía. No tiene miedo a encasillarse

¿Cómo definiría el momento profesional que está viviendo?

Estoy en un momento excepcional, me están pasando cosas preciosas este año. Pero al margen de los fuegos artificiales que son los premios, lo mejor que me está ocurriendo es estar en proyectos como en los que estoy ahora mismo. Es el caso de El Cuerpo, que acabamos de rodar y que estrenamos tráiler aquí en Málaga, y Los últimos días, que empiezo a rodar en unos días en Barcelona y que creo que va ser una peli bastante potente.

Usted ha dicho en varias ocasiones que Santos Trinidad fue un regalo. Supongo que recibir el Goya habrá sido el colofón para este trabajo...

Tanto el Goya mío, como el del director y el de la película en sí, son la constatación de un trabajo bien hecho. Es una satisfacción darte cuenta de que hemos llegado a la crítica y al público y de que esto va ayudar a que el espectador crea más en nuestro cine y que deje de concebir el cine español como un genero único. En el cine español hay muchos géneros, hacemos buenas, regulares y malas películas. El thriller es difícil pero tenemos a un maestro por antonomasia del cine negro que es Urbizu y que lo cuenta como nadie.

En Málaga estamos un poco enfadados con usted: le ha quitado el Goya a nuestro malagueño más internacional, Antonio Banderas, en uno de sus mejores papeles, el de La piel que habito...

No, por Dios, no se enfaden conmigo [Risas]. ¿Que le hago yo? Así lo decidieron otros, no fue culpa mia. Pero tienen razón los malagueños: que no tenga Antonio un Goya es imperdonable, por lo buen actor que es y por todo lo que ha hecho por nuestro cine. Quitarle el Goya a Banderas aún le de más valor más a mi premio, te hace pensar que tu trabajo ha valido la pena. Además, Antonio fue tan humano esa noche conmigo, desde el principio me decía que el Goya era mío, que había visto mi película y que estaba que me salía. Después de sus palabras me sobraban todas las estatuillas. Yo con Antonio, a lo que quiera. Esa noche, la de los Goya, me demostró que es todo un señor.

¿Podríamos decir que Santos Trinidad es el papel de su vida?

En cine sí, es el papel que más redondo me ha quedado de mi carrera; no ha sido el más difícil pero sí el mejor personaje que he interpretado. He tenido la suerte de estar metido en un proyecto en el que todo el mundo hacía bien su trabajo y que había sido concebido para mí desde hacia ya cuatro o cinco años.

Y ahora en El Cuerpo le volvemos a ver de policía...

Sí, Llevo ya doce o trece policías en mi carrera, es un cuerpo que conozco ya como si fueran mis hijos, he pasado por todas las ramas... Pero estoy encantado con ello; cuando me preguntan si tengo miedo a encasillarme siempre les respondo: «¿Le fue mal a Clint Eastwood? No tuve miedo a encasillarme como galán y no lo voy a tener como policía, que son los personajes que más alegrías me han dado.

La realidad que está viviendo el cine español es durísima, con unos recortes brutales. ¿Cómo lo vive usted?

Los recortes son necesarios, entiendo que se tengan que hacer. Somos unos de los muchos que tienen que apretarse el cinturón. Para nosotros este año ha sido catastrófico, se han ido a pique la mitad de los proyectos de cine, televisión y teatro. Pero yo conocí hace veinticinco años, cuando empecé, un cine español que me decían que estaba en la UVI, y cada año nos hemos ido levantando de nuestras cenizas y saliendo adelante y ahora más que nunca no vamos a dejar que nos hundan. En estos momentos en España hay un talento increíble, tanto en directores, como actores, como músicos, guionistas; además, tenemos las puertas abiertas del mercado internacional gracias a grandísimos interpretes. Uno de ellos, claro, es Antonio Banderas.

Usted, sin embargo, ha dicho en alguna ocasión que tiene las puertas cerradas a Hollywood.

Sí, no me interesa mucho Hollywood. A estas alturas de mi vida está muy por delante lo personal de lo profesional. Si tuviera veinte años igual lo intentaría, pero yo ya estuve haciendo una película con Andy García en América y me horrorizó el sistema de trabajo. Allí al actor se le trata como a un muñeco al servicio de la industria. Yo aquí tengo la oportunidad de hacer protagonistas maravillosos, no voy ir a Hollywood para hacer papelitos de latino.

¿Cómo ha sido su experiencia en el Festival de Málaga?

Málaga es increíble y este año me lo parece más que nunca. Es un certamen que nos sirve de plataforma para nuestro cine, es el que más hace, sin duda, por el cine español. Además, cada vez la gente se echa a la calle con más ilusión y alegría. Los actores no podemos fallarle a este Festival, que da tanto aire a la industria nacional.