Tras más de 20 años de carrera en la banca, Ramiro Franco Freire (Madrid, 1966), llega con su ópera prima «Banca Rota, la historia de una venganza», una novela negra autoeditada en la cual los entresijos más oscuros del mundo bancario se unen con la necesidad de rebelión.

¿Cómo se pasa de los libros de cuentas a escribir novela negra?

Trabajaba en una entidad bancaria de las que están intervenidas, y me acogí voluntariamente a un expediente de regulación de empleo. El tiempo libre, mi experiencia y la situación de crisis me impulsaron a contar esta historia.

¿Qué tiene Antonio Carmona, el protagonista del libro, de Ramiro Franco?

Algo tiene mío y de otra mucha gente que trabaja o ha trabajado en el sector financiero, pero no es autobiográfico; aunque claro que he aportado mi experiencia.

¿Por qué su ópera prima es la historia de una venganza?

Principalmente quería contar dos partes. Es Banca Rota porque quería relatar cuando la banca era banca, y no ahora, que son comercializadores de seguros o tarjetas, pero realmente ha perdido su labor principal. Además, quería dar un atractivo especial a la historia con una serie de crímenes, y de ahí, el subtítulo. Así, queda claro que no sólo es un libro sobre la banca, sino que va más allá.

¿Qué tiene de realidad su Banca Rota?

La historia es ficción, pero al escribir me he basado en mis experiencias personales, de terceras personas y, sobre todo, he tratado de unirlo todo con imaginación. Pero sí que recoge la crisis de la banca actual, la crisis del ladrillo y de cómo se daban hipotecas como churros, y cómo nos volvimos todos un poco locos, ya que todos hemos vivido por encima de nuestras posibilidades y en eso, la banca tiene mucha culpa.

Pero también es fácil culpar a la banca de la crisis.

Creo que de la crisis la culpa la tienen los políticos, pero la banca ha ayudado, porque a los directivos durante muchos años sólo nos pedían aumentar el volumen de negocio, y daba igual si ese negocio era bueno o no, si era rentable o no, o si era peligroso. Una vez que entras en esa rueda, sólo vas a crecer, crecer y crecer, sin mirar nada más. Por eso, la banca ha muerto de éxito.

Ante el abismo que parece tener por delante el sector bancario, para un experto en entidades financieras, ¿cómo saldrán los bancos de la situación en que se encuentran?

No se puede dejar caer a los bancos, está claro, hay que salvar a las entidades porque si se las dejara caer la gente pasaría miedo y sacaría el dinero de su entidad bancaria y llegaríamos a un corralito como en Argentina. El problema es de dónde se sacan los miles de millones que se necesitan para sanear la banca. Pero, además, todavía no se sabe la situación real, porque debajo del escombro del ladrillo hay mucho más por salir.

Y un trabajador de banca, ¿qué posición tiene en todas estas circunstancias?

Los empleados de banca tenemos fama de que vivimos muy bien, pero creo que son los grandes olvidados de la crisis, porque las presiones que están sufriendo y los productos que se ven obligados a vender, que en muchos casos son tóxicos, hacen que no sea un trabajo agradable. Además, muchos informes dicen que sobran unos 50.000 empleados de banca, a pesar de la limpia que ya se ha hecho y de las muchas sucursales que se han cerrado en los últimos años.

Con este panorama, ¿qué se siente al ser tachado de culpable de la crisis por la sociedad y los medios de comunicación?

Principalmente, hay que distinguir entre el banquero, que son los dueños y gestores de los bancos, de los bancarios, que somos los empleados. En el fondo, los empleados sólo hacíamos lo que se nos pedía, se nos daban unos presupuestos y unos objetivos y teníamos que cumplirlos. Por supuesto hemos participado de esta situación en la que nos encontramos pero en ningún momento hemos tenido ni voz ni voto. De hecho, si en algún momento criticabas algo, cualquier cosa de algún producto o de la gestión, se te tachaba de protestón y de falta de identidad con la empresa, y ya estabas marcado.

Por todo ello, Antonio Carmona -el protagonista de la novela- se rebela pero ¿ante quién?

La banca es un mundo muy complicado y muy jerarquizado, donde incluso en las relaciones entre los propios compañeros se hacen zancadillas, y muchas veces te va bien o mal dependiendo de con quién te muevas, y no por cómo hagas tu trabajo. Por eso, Antonio Carmona se rebela ante esos personajillos que hay en el sector bancario que han ascendido por caer bien al jefe de turno, pero sin habilidades; y de esos compañeros que en cuanto pueden te dan la puñalada por la espalda. Así que comete una serie de crímenes por lo que él considera que es hacer justicia. Porque lo que peor se lleva es tener un jefe inútil, y en banca, hoy en día, hay muchos así. Antes se ganaban los puestos con sacrificio, ahora buscan personas que acaten todo sin objeción.

Y, usted, a pesar de la crisis, decidió autoeditarse la novela.

Al terminar el libro, investigué un poco en qué mundo me había metido, porque me había centrado en escribir. Entre las opciones, la de una editorial que te publique es difícil si no eres muy conocido o un escritor de renombre; y yo escogí la autoedición con la editorial Círculo Rojo: ellos colaboran contigo, te maquetan la cubierta, y te hacen las correcciones. El resto es cosa tuya.