In extremis salió adelante la recién concluida Feria del Libro de Málaga 2012. Los duros recortes presupuestarios, con un descenso del 50 por ciento de las partidas destinadas a su puesta en marcha, y la drástica bajada del número de casetas participantes mantuvieron en vilo su pervivencia. De ahí que las expectativas para este año no fueran especialmente positivas. El pasado domingo llegó a su fin la peor edición de la veterana historia de esta cita literaria, que arrancó el pasado 1 de junio en el Paseo del Parque y que la crisis ha golpeado con fuerza.

Esta conclusión se apoya en dos datos muy alarmantes que ponen en peligro su futuro más inmediato, la celebración de una próxima edición: la fuerte caída de las ventas de libros y un importante descenso en la afluencia de público, especialmente en los días entre semana.

El presidente de la Asociación de Libreros de Málaga, Rafael Hervías, ha cifrado entre un 30 y 40 por ciento la bajada de la facturación. «Ha sido una feria negativa. Ha habido menos gente, especialmente los días entre semana. Los dos fines de semana hemos recibido algo más de público pero no se ha notado más ventas de libros. La gente ha gastado menos. Además, ayer [por el domingo] fue malísimo por el fútbol, el tenis y la Fórmula 1», observó Hervías, que ha participado este año con un expositor propio de su librería Delibros.

Además, esta alarma se intensifica si se comparan estos números con los contabilizados en ediciones anteriores. En las citas de 2010 y 2011 se mantuvo la evolución a la baja de las ventas (alrededor de un 10 por ciento menos), unos cálculos mucho más positivos que los de este año. Por ello, el sector editorial y librero reclamará ya varios cambios para el año que viene. Será en una reunión a finales de este mes de junio donde editores y libreros malagueños debatirán con la Junta de Andalucía, el Ayuntamiento y la Diputación un cambio de ubicación y de fecha, además de una posible adhesión de estas instituciones a la recién nacida Asociación Feria del Libro de Málaga.

«Tendremos que ver qué sitios son más idóneos, ver si es factible celebrarla a principios del mes de mayo en vez de junio, además de estudiar en qué hemos fallado y encontrar soluciones para la próxima convocatoria», destaca Hervías, que avanza una idea: hacer actividades literarias a lo largo del año vinculadas con la Feria del Libro de Málaga. «Mi intención es trabajar en distintos eventos literarios, como dedicar un fin de semana a la literatura infantil, otro a la novela, autores andaluces, poesía... Y de esta forma vincular más al público con la literatura y con su feria del libro», afirma.

La cita de Madrid no se libra de la crisis. Estos malos datos no son exclusivos de la Feria del Libro de Málaga. Los recortes y la caída de las ventas se han convertido en la tónica habitual de las ferias de otras ciudades españolas. Madrid, el escaparate literario por antonomasia, tampoco se ha librado y el pasado domingo cerró sus puertas con un descenso del 19 por ciento de su facturación (casi 6,5 millones de euros, un millón y medio menos que 2011), según informa EFE.

Teodoro Sacristán, director de la feria, dijo que «es evidente que la crisis ha hecho daño» en esta edición, aunque no hay que olvidar que este gran encuentro cultural «ayuda, y mucho, a todos los expositores con unos ingresos que le hacen llegar al mes de septiembre, en especial a los libreros, que son el último eslabón de la cadena».

El mes de septiembre, añade Sacristán, «va a marcar un antes y un después. Hoy no somos ajenos a la intervención de España, o como quieran llamarlo, pero el público está «reservón» a la hora de gastar dinero, y vienen a la feria a comprar «el libro», y no como hacían estos años atrás, que se llevaban varios, bien porque les apetecía o porque les convencía el expositor».

«Esa compra de impulso ha caído», a pesar de que «el público ha respondido un año más y ha venido a la feria», un dato a destacar porque en los primeros meses del año «la bajada de compradores en las librerías ha sido importantísima y ha experimentado un descenso notable», aunque ha habido picos favorables como el de «la noche de los libros», señala el director.