La matadora malagueña Mari Paz Vega lleva varias temporadas haciendo las Américas, llegando a conquistar la plaza más importante de ese continente, la Monumental de México Distrito Federal. También tiene previsto ofrecer su arte en otros países con tradición taurina, como Perú y en Ecuador.

¿Vale la pena estar diez meses fuera de su casa en Málaga para actuar en dieciséis corridas de toros?

Para mí, sí. En ese tiempo quizá aquí habría alcanzado a matar una o dos corridas. Estar en México no sólo me permite torear esos festejos, también me posibilita vivir como torero, ir al campo, montar a caballo o participar en tentaderos. Esa es la vida que a mi me gusta y gracias a Dios esas corridas me permiten vivir de mi profesión y no aburrirme nunca.

Para continuar con esta lucha tras casi quince años de alternativa hay que tener mucha afición.

Eso es fundamental. Creo que he demostrado sobradamente que no se trataba del capricho de la niña, como algunos decían cuando empezaba. He demostrado como cualquier profesional que me gusta, disfruto y esta es mi vida y mi pasión. Además, es que no sé hacer otra cosa que torear.

¿Qué balance hace de esta temporada americana 2011-2012?

Partíamos con buen ambiente por el triunfo en la Monumental de México del año anterior., pero las cosas no han estado fáciles este año, ya que hay una baraja de toreros mexicanos emergentes, y además muchas figuras españolas han hecho temporada en América. He toreado 16 corridas de toros y algunos festivales, que creo que es un número importante para un extranjero.

Pese a triunfar en 2011, este año le volvían a anunciar en el penúltimo festejo de la Temporada Grande de México D.F. ¿Supuso un hándicap?

En buena medida sí. Yo tenía la palabra del empresario de que iba a ir, pero la Temporada Grande en la Monumental es el equivalente a San Isidro en Las Ventas. Es el gran escaparate, y todo el mundo está pendiente de lo que allí suceda. El torear uno de los últimos festejos quizá me privó de torear un poco más en provincias, y tampoco me agradó repetir en el cartel femenino con el que me anuncié el año anterior.

Ese cartel femenino con Hilda Tenorio y Lupita López, ¿le ha benefició o le perjudicó?

Perjudicarme no, porque cualquier cosa que sirva para torear, siempre que sea en igualdad de condiciones con el resto de mis compañeros, es algo bueno. Lo que pasa es que el cartel funcionó porque hay mucha diferencia, profesionalmente hablando, entre ellas y yo. Yo ya tengo una trayectoria mucho más amplia, y quizás en algún momento ha faltado que mi triunfo hubiera estado respaldado por el de ellas para que se nos repitiera en muchas más plazas. Este año sólo se ha dado dos veces el cartel, y en el resto de corridas en las que he participado ha sido con hombres.

¿Le está dando México lo que en España se le ha privado?

Allí estoy teniendo muchas más oportunidades. Me están valorando mi esfuerzo por irme allí y ser una más. México tiene dos cosas: que le cuesta mucho trabajo que te acepten, pero al mismo tiempo cuando ven tu lucha y tu esfuerzo se entregan por completo. Allí se me conoce mucho más que aquí.

Y tras la conquista de México se plantea la de Perú y Ecuador…

Aún faltan algunas plazas importantes de México en las que me gustaría torear, como Aguascalientes o Guadalajara. Una vez que se triunfara en ellas sí que estaría conquistado México. Esta temporada se ha planteado la posibilidad de abrir fronteras, y ya pude torear en Riobamba en Ecuador, y en julio iré a Bambamarca (Perú). Espero seguir descubriendo las Américas, como ya hice algunos años cuando las circunstancias en Venezuela eran más favorables.

De regreso a España, ¿cómo se plantea la temporada?

La idea es estar aquí unos tres meses para disfruta un poco de la familia y torear todo lo que pueda. Ya tengo cerrados algunos festivales y esta próxima semana me gustaría ponerme en contacto con la empresa de Málaga para ver si cuentan conmigo y en qué circunstancias.

Su nombre suena con fuerza en La Malagueta.

Aún no he hablado nada, porque este año quiero llevar personalmente las conversaciones. Si me equivoco lo haré yo, y lo que tengo claro es que no pienso tragar con cosas que me han sucedido en años anteriores aquí. Ya he tenido bastantes malas experiencias con las corridas nocturnas en las que me han anunciado en los últimos años, y si estoy en los carteles va a ser porque me ofrezcan algo que me posibilite estar a gusto y hacer cosas buenas para la afición de Málaga. En los últimos años percibo que hay una buena predisposición a mi triunfo, pero para eso tiene que haber material. El año pasado fue imposible, con unas circunstancias muy adversas. Además, es una vergüenza que nos tengan el mismo día de la corrida hasta las 4 de la tarde para un sorteo. Señores, que nosotros tenemos que descansar porque nos jugamos la vida por la noche… Eso sólo me ha pasado en Málaga y es algo que te afecta anímicamente.