Esta mañana he visto a una muchacha leyendo un libro en el autobús. La verdad es que el hecho, ya en sí, constituye una noticia de tintes históricos, ya que hacía mucho tiempo que, aparte de los periódicos de la mañana, no veía leer un libro.

Pero lo que me ha extrañado de verdad, lo que en realidad es noticia para mí, es que no era papel lo que devoraban sus ojos, sino una pantallita llamada Ebook, creo, que permite leer libros electrónicos.

Sin saber muy bien qué es un libro electrónico, confieso que para mí, donde esté el placer de manosear un libro, de marcarlo, doblar sus esquinas o regalarlo dejándolo abandonado para que otro malagueño anónimo se ilustre con él, en un banco, que se quite el placer que pueda provocar la maquinita de marras.

No es que esté contra el futuro, es que en esto de la lectura confieso que soy un clásico.

Aunque, pensándolo bien, seguro que tiene su lado bueno. Llegará un día en que a estos ¿electrodomésticos? preñados de libros, tengan que ponerles, para evitar su hurto, una alarma o un candado.

Entonces puede que se cumpla mi sueño y que alguien (aunque sé que está mal hacerlo) pueda afanarse un buen libro por el simple placer de leerlo. Ojalá que después de tan delictivo hecho, abandone la maquinita en un banco cualquiera para que otro siga su ejemplo€ leyendo.

Se me saltan las lágrimas solo de pensar en ello€