17 Domingo Lecciones de amor

Han desclasificado un documento secreto. Materia sensible. Altamente comprometido. Se trata de «las técnicas» de Catalina para «atrapar» al príncipe Guillermo. Yo pensaba que eso de «pescar», etc, estaba demodé, pero se ve que, si la captura es en aguas reales, aún está vigente. La revista Fabulous, del tabloide inglés The Sun, anunciaba «Lecciones de amor» de una moderna cenicienta. Sumando esos cuatro conceptos -The Sun que es de un amarillo canario, desclasificar, técnicas y amatoria-te podías esperar cualquier cosa. Menos respeto alguno por la monarquía.

La británica, pero también la española, que podía darse por aludida: plebeya atrapa príncipe heredero. Aunque algún día habrá que derribar el mito y asumir que los royals, igual que los ángeles y los padres, tienen sexo y lo practican. Pero el manual de la Middleton, para lo que me esperaba sabiendo que a ella y a Pippa las llamaban las hermanas glicinia (plantas trepadoras) y que la madre soñaba con un buen partido para sus hijas, resulta decepcionante. La estrategia pasaría por cultivar las relaciones prematrimoniales, perdonar las salidas de tiesto, ser paciente -waity Katie, la llamaban-, subirse a una pasarela con transparencias para que el chico viese lo que podía perderse y verse los vídeos de lady Di para copiar sus aciertos y no repetir sus errores. Me quedo más tranquila. Son cosas de los británicos. No hay comparación posible con Felipe y Letizia.

18 Lunes Su gran error

Kiko Rivera se hace un plató. El Dj de grandes hits como Victory o Quítate el top no es interrogado acerca de su incipiente y ascendente carrera musical. Claro que a su madre, que esa sí tiene un carrerón (musical, ¿qué habían pensado?), tampoco le preguntan mucho últimamente por su arte. Lo que esperan en Telecinco de Kiko es lo mismo que de la madre. Que raje de Julián Muñoz. Y viceversa. «El gran error de mi madre fue enamorarse de la persona equivocada», dice entre el alborozo general. «No me entró por el ojo (a Cachuli, se refiere) nunca me dio buena impresión, pero yo veía a mi madre feliz», añade, a mayor satisfacción del personal. «Mi gran error», «La justicia no es igual para todos» y «Yo soy como la infanta» son, estiman los juristas, no malas estrategias de cara a la cita con la Audiencia de Málaga. Y, de paso, tres posibles buenos títulos para un nuevo disco. Para cuando todo haya pasado.

19 Martes Descalzas

Me han contado que estuvo Cayetano Rivera y a Julia Otero se le iban los ojos. Con Ana Obregón no. Ahí volaban las pullas. ¿Decía Hobbes que el hombre es un lobo para el hombre? Pues ni te cuento las lobas. Pensaba que vendrías más recatada, pero no, bien apretada es como vienes, lanzaba la Otero, ella sí, con sobrio atuendo. Desde el plasma Marina Castaño remachaba la faena: eres bióloga, ¿qué pasó, hija, cómo acabaste así? Y la Obregón, encajando, y volviendo a contar lo de la mosca del vinagre, que ya se lo he oído tantas veces como lo de Spielberg y la paella. Anasagasti pregunta por el medio ambiente. Anita se ilusiona. Y Julia, demoledora, yo creo que era irónico. La periodista la interroga por la inmobiliaria de alto standing de papá y el pinchazo de la burbuja. Y, ya sin piedad, lanza la cuestión del millón ¿rescate o préstamo? Y, al final, García (Gª Obregón), agobiada, se quita los zapatos. Julia la imita. Y así quedan, metafóricamente descalzas.

20 Miércoles Las aristogatas

Destapa Jesús Mariñas lo último de la aristocracia española. Algunas nobles no han querido posar -para Vogue y ante el objetivo de Mario Testino- junto a Nati Abascal. Mariñas no es de esos que dan iniciales. Él pone nombres: las que han negado a Nati son la baronesa Thyssen y Eugenia Martínez de Irujo. ¿Qué chirriaba en la foto de grupo? Natividad se divorció antes de enviudar del duque de Feria, así que ahí, en el Palacio sevillano de Pilatos, dejó su título consorte. Las aristócratas son muy suyas. Carmen Cervera llegó a la foránea baronía de Bornemisza como llegó, pero como se trajo a España la colección ya no la llaman Tita. Y Eugenia será muy hippie, pero no deja de ser una Grande de España. Además, la baronesa y la duquesa de Montoro copan portadas mientras la otra es una asalariada de ¡Hola! Lo que pasa es que muchas no pueden ver a Nati. Con Isabel Preysler, que tiene en común ella y con Tita un pasado matrimonio con título, tuvo sus más y su ds menos y con la duquesa Cayetana casi se las ve por no invitar a su íntima Carmen Tello y ya la tuvo bajo sospecha de haber filtrado el vestido de novia de Eugenia. Pero Nati no necesita título. Porque ha sido musa de Valentino, de Avedon, de Woody Allen y de Playboy y eso, queridas, hoy vale más. Y da más cash.

21 Jueves Sarko, «carlabrunizado»

Todos creían que Carla Bruni se había sarkozyzado a su paso por el Elíseo. Había cambiado su izquierdismo boho por conservadurismo. Pero era al revés. Es Sarkozy el que se ha carlabrunizado. Ella aprendió de él los nombres de las plantas y él de ella, nociones de moda. En este contexto debemos situar los juicios del expresidente sobre la canciller Ángela Merkel, que ven ahora la luz porque una exministra no ha sido capaz de guardar la confidencia. Al fin y al cabo, Nicolás no ha descubierto nada que no supiera un buen estilista: las chaquetas de la canciller dejan bastante que desear. Ni un buen alemán: a Merkel le gusta el vino, la cerveza, el pan con queso y un buen bufé.

22 Viernes El sueldo de una Reina

Isabel II se sube el sueldo cuando andan todas las testas coronadas apretándose el toisón. ¡Anda, pues claro! ¡Será que no se lo merece! Vamos a ver, la mujer ha aguantado todos los fastos del Jubileo sin despeinarse. A sus 86 años. Su marido, el duque de Edimburgo, de 91, cayó el último día, víctima de una infección de vejiga. Y seguramente de un ataque de aburrimiento, con lo chisposo que es. Ha tenido que soportar que su hijo Carlos, el príncipe de Gales -que el pobre ya se siente tan ridículo en su papel de delfín como una octogenaria en un concierto de Justin Bieber- le dedicara un vídeo emotivo-familiar como esos con los que te atacan por sorpresa en las bodas. Ha puesto coto a los desmanes de Ascott, harta ya de ver tocados estrambóticos como el que llevaba su propia nieta Beatriz en la boda de Guillermo y Catalina. Empalmará con los Juegos Olímpicos. Y, por si algo faltaba, y por si no lo sabían, ella es la soberana de las Islas Salomón. Y ha tenido que desayunarse el té con pastas con Rajoy suplantando por un error de protocolo a su premier, recién echado un nuevo pulso en Gibraltar...