El guitarrista norteamericano George Benson (Pittsburgh, 1943) es el encargado de abrir el cartel de actuaciones del Festival Starlite de Marbella, el próximo 14 de julio. En la mayoría de sus giras, Benson siempre reserva alguna fecha en nuestro país, del que se confiesa enamorado. En esta ocasión acude para presentar los temas de su más reciente álbum, Guitar Man, en el que, como norma en toda su carrera, se acerca a distintos géneros musicales para colorearlos de jazz.

Este año vuelve a visitar España. Parece que le gusta este país...

Adoro España. Me encanta cómo brilla el sol y lo feliz que se ve a la gente. Esas son las razones por la que siempre regreso. Me encantan sus colores, la música, sus hermosas ciudades... Me siento muy bien allí. Además, siempre he sentido el cariño del público en los conciertos.

Acude para presentar su nuevo álbum, Guitar Man, un disco muy cálido que se grabó, según sus palabras, de la manera en la que antes se grababan los discos.

Así es. Hace años los discos se grababan con poco dinero, así que solía ir al estudio acompañado de grandes músicos y unas cuantas canciones en la cabeza para, una vez allí, hacer fluir la música. Y así ha ocurrido con este disco: cada canción nos llevó únicamente entre una y tres tomas. Eso hace que el resultado sea más efectivo y más honesto.

¿La otra manera a la que se refiere es del modo en que se «fabrican» los discos actualmente?

Es una manera mucho más complicada. Si grabas y vuelves seis meses más tarde a repasar algo que hiciste hace tanto tiempo atrás, nada es lo mismo: todo ha cambiado en tu cabeza. La idea original se pierde. Lo que quería hacer en este disco es prestar mucha más atención a lo que estábamos haciendo. En los estudios puedes hacer todos los cambios que quieras para que finalmente el resultado funcione, y por eso dejas de preocuparte. En este disco no quería eso. Quería estar seguro de que lo que escuchábamos es lo que después iba a obtener el público en directo.

Escuchamos temas de The Beatles (I want to hold your hand), el mítico Tequila de The Champs... ¿Siempre ha querido unir estilos para hacer más accesible el jazz al público?

Eso demuestra lo flexible que es la música. Lo que el jazz ha hecho por mí es convertirme en un improvisador: alguien que crea ideas en el momento y las ejecuta, algo que no es esencial en el resto de géneros musicales. Aprendí esto a lo largo de los años y porque he tenido la suerte de actuar con grandes músicos de jazz. Lo más valioso que ellos me enseñaron fue la capacidad de hacer una canción de Norah Jones o Paul McCartney y mantenerla simple, llena de sentimiento, aunque completamente diferente. Hacer tuya la canción, pero manteniendo la idea original.

¿Puede explicar por qué el jazz, al igual que el flamenco, no termina de ser abrazado por el gran público?

Bueno, es una cuestión difícil. Creo que se debe a que son músicas sofisticadas, incluso para comprenderlas.

¿Cómo es su relación con la guitarra? ¿Nunca ha llegado a odiarla?

No. Siempre he amado la guitarra. Desde el momento en que tuve mi primera a los siete años. Y sigo sintiendo lo mismo hoy día.

¿Qué opina de los cambios que la industria musical vive a causa de internet?

Debemos ser flexibles con el tiempo que nos ha tocado vivir. La música es probablemente el primer indicador de que las cosas están cambiando. Es así: muchas canciones cuentan historias sobre las cosas que pasan en la actualidad.