Si tu me dices ven lo dejo todo». Imposible resistirse a la llamada del genial Pedro Okña, artista multidisciplinar y un corazón de los que no caben en La Malagueta, para que le prestara mi guitarra y mi voz el Día Mundial de la Lucha Contra el Sida. El lugar, un centro de Cruz Roja en Palma-Palmilla donde hacen una labor titánica cada día para tener a más de un centenar de usuarios protegidos e informados contra esta enfermedad.

Una experiencia que no tiene precio. La positividad que se respiraba en esa sala donde todos, sentados en circulo, iban desgranando sus vidas y milagros, relatos crudos, duros, donde el mero hecho de estar contándolo ya era un triunfo para el interlocutor, te hacían replantearte muchas cosas; una de ellas, que muchas veces nos quejamos por vicio y que hay una realidad que debería estar en primera plana, centros de día que se quedan sin recursos, personas pagando el pato de una crisis que les era ajena. El concierto fue de lo más divertido: ganas de pasarlo bien, cantar, tocar palmas, hasta de emocionarnos cuando una mujer me pidió si conocía alguna ranchera, y cantamos Vámonos, a lo Chavela; momentos impagables que guardaré en el izquierdo. Mucha suerte, compañeros.

Ese mismo día retomaba de nuevo las tablas teatrales con El resto de la memoría dos fechas consecutivas, donde la última fue muy especial para mi, por tenía en frente a toda mi familia en pleno; estando La Faraona presente, la cosa cambia, los nervios se multiplican y las ganas de partirse la camisa en la escena se elevan al mil por mil. Una obra donde siempre se está aprendiendo junto a Valero al control, una actriz como Ana Iglesias y una directora como Angélica Gómez es un lujo, dos llenos absolutos y una sonrisa de oreja a oreja.

Sonrisa que el primer día tuve que llevar al trote nada más terminar la función calle Amargura abajo, porque me esperaba mi fiel amigo y teclista Manuel Moles, con el coche arrancado como si del Vaquilla y el Torete del rock hubiéramos perpetrado un asalto a mano armada en un Zaragozano. Salimos huyendo camino de la presentación de la Asociación de Blues de Málaga, concierto en que estábamos invitados a tocar con lo más granado del blues de aquí, Manu con los fabulosos Manitú capitaneados por Pepe Salas, y un servidor con el presidente de honor de semejante asociación blusera, nada más y nada menos que el gran Lito. Ray Farrell, Mama Kin, Anomia Blues Band, Trio Del Saco, Bud Spencer Band, The Gangberries, Motel Caimán, Pepe Blanca, Rafa Salas, Ojeda, entre otros invitados.

Una magnífica noche donde se pudo disfrutar de la mejor música y la mejor compañía; de nuevo se puede apreciar que la música como piedra de roseta nos une y nos hace disfrutar como enanos, aunque los cuerpos del Estado finiquitaran la actuación sin motivo aparente dejando en un coitus interruptus multitudinario cuando Lito nos ponía la líbido blusera por las nubes. Cosa de ciudades culturales.

Seguimos concatenando fines de semanas frenéticos como un silencioso Tito Vilanova del pico y pala capitaneando a un ´dream team´ de amigos artistas, batiendo récords de asistencia a eventos y conciertos, como delantero centro o mero hincha furtivo, ganando por goles average al hastío y sacándole varios cientos de puntos de ventaja a los paroxistas de la mediocridad, dignos de la peor liga de patio de colegio. La caverna mediática de cobardes sin talento que cambian de banda cuando te ven calentar en la otra, adictos al pestillo y anclados al banquillo, con ellos es fácil entonar un alirón constante, pero viéndolo por el lado positivo son el mejor tensiómetro para poder tomarle el pulso a mi carrera. Cuanto más ladran mejor nos va. Para todos ellos abrazos zurdos, que son los que se dan con el lado del corazón y mucho amor, de verdad, que buena falta les hace. All you need is love. Na, na na€