El actor está de gira con la obra teatral «30/40 Livingstone», una comedia sobre las contradicciones humanas «donde incluso los franceses se descojonan». No se fía del independentismo de Artur Mas porque, dice, «hace cuatro días no lo era».

30/40 Livingstone es un espectáculo de humor, tenis y antropología. ¿Eso cómo se come?

Es la manera de subrayar la idea del humor con tres conceptos que no pegan entre sí porque esto tiene que ser de broma. Mi personaje no se calla ni debajo del agua, deja su vida para llenar un vacío y se encuentra con un animal curioso, que es Jorge Picó, que no sabemos como definir antropológicamente, y el tenis aparece porque tiene movimientos cercanos a la danza y el público del teatro es similar al del tenis, muy respetuoso y educado, y nos ayuda a entrar en el mundo de las reglas, de las convenciones, para hablar de lo social, de lo que está pasando hoy sin ser explícito.

De lo que pasa hoy pero con humor...

Sí, sí, es una comedia para descojonarse de risa. Hemos hecho dos representaciones en Francia e incluso los franceses se descojonan. Y hasta nosotros nos aguantamos la risa.

Un hombre insatisfecho que decide dejarlo todo. Un argumento muy actual.

Sí, queremos hablar del ser humano de hoy. Hacemos un teatro en el que eso es obligatorio. No nos gustan los cuentos con soluciones, nos interesan más las preguntas que las respuestas y hablamos de algo que nos pasa a todos, que nos falta algo. Ahora en muchos casos es directamente la comida y luego será peor.

¿El teatro se mantiene mejor que el cine en tiempo de crisis?

Es posible, tiene algo menos capitalista que el cine, es menos dependiente de los bancos. El cine acaba costando tanto que la estructura financiera es complicada de encontrar ahora.

¿El teatro es cultura o entretenimiento?

Es cultura, claro. Es un poco perverso confundir términos y enfrentarlos. Todos sabemos lo que es cultura y lo que no, y hay otros entretenimientos que también son cultura. Lo opuesto a la cultura no es el entretenimiento, sino la incultura.

¿Es difícil sacar de Cataluña obras en catalán como ésta?

Sí, en Perpignan la hemos hecho en catalán en zonas donde lo entienden y nos propusieron hacerla en Madrid con subtítulos en castellano, pero pensamos tenerla en castellano para llevarla a otros sitios, no pretendemos que en Sevilla aprendan catalán para ver la obra. Al francés ya la hemos traducido y hemos hecho actuaciones, enseguida nos han contratado. En España normalmente cuesta más.

Dice que no pretende que los sevillanos aprendan catalán para ver la obra mientras el ministro Wert habla de españolizar a los catalanes.

Yo creo que eso son palabras con trampa porque más que españolizar habla de castellanizar a los españoles.

Usted es independentista, ¿ve claro el camino con Artur Mas?

Es peligroso. No me acabo de fiar mucho del independentismo de Mas porque hace cuatro días no lo era. Yo soy un independentista bastante sencillo. Si esto es un país debe ser un estado propio, sin ofender a nadie y respetando a todos. El pueblo va por delante y parece que Mas ha salido a apuntarse a lo que dice la calle. No sé qué independencia quiere Mas pero parece que está más ligada a los bancos.

Se le critica que parece reducirlo a una cuestión económica.

Sí, y para mí es una cuestión más sentimental, más de identidad. La independencia es un debate abierto en toda Europa y para mí tiene que ver con gestionar las cosas más de cerca. Lo que no haríamos sería poner alambradas.

¿Cómo ve al Barça sin Guardiola?

Bien, muy bien. Soy muy fan de Guardiola pero Vilanova, aunque de perfil más bajo, no pretende ser la referencia de toda Cataluña, es entrenador y habla de fútbol. Y lo mejor está por llegar.

Después del éxito de Pa negre, ¿tiene proyectos en cine?

Está pendiente de estreno una película belga y tengo proyectos en Francia. Los proyectos de cine en España ahora son castillos en el aire. He hecho más pelis en Francia que en España; hacen cuatro veces más que aquí, dan envidia.