A sus 56 años sigue más ágil que nunca. Al menos en lo que a valores se refiere. El Capitán Trueno -por obra y gracia del dibujante valenciano Miguel Ambrosio Zaragoza Ambrós y el guionista catalán Victor Mora- sigue siendo aquel justiciero, caballero español de la Edad Media en tiempos de la Tercera Cruzada (postimetrías del siglo XII), que recorre el mundo para luchar por el débil, defender la justicia y liberar a los oprimidos.

Valores todos ellos en alza en estos tiempos difíciles. Más de actualidad que nunca, Signo Editores ha captado el mensaje y ha lanzado El Capitán trueno. Edición Coleccionista, un auténtico capricho para los fanáticos del adalid de la justicia. En total son diez tomos a razón de 1.350 euros la colección. La edición de Signo Editores recoge, por vez primera, la totalidad de las páginas dibujadas por su creador gráfico original, Ambrós, para los cuadernillos apaisados, los 200 primeros números de la colección original, con guiones de Víctor Mora y dibujos de Ambrós, Beaumont y Ángel Pardo, además de aportar una perspectiva editorial «única» de la historia de la serie, ya que aparecen sus mejores aventuras, tanto las publicadas en el cuadernillo original como en la revista El Capitán Trueno Extra, así como las aparecidas en sus números extraordinarios, explican desde la editorial.

Condiciones precarias La colección, además de un completo compendio de las aventuras del capitán y personajes como Goliath, Crispin o Sigrid, analiza el difícil trabajo de Ambrós y Mora para dar vida a uno de los personajes más célebres de la historieta española.

«Ambrós, como todos los guionistas y dibujantes de la época, trabaja en condiciones precarias, en el sentido de que no disponían de ningún tipo de contrato; además, no se les reconocían sus derechos de autor, no les devolvían los originales y no les pagaban royalties por trabajos vueltos a publicar», explica la directora de Signo Editores, Clara Alonso.

«En 1956, sin embargo, Editorial Bruguera decidió establecer unos contratos, que indicaban, entre otras cosas, que los personajes eran propiedad del editor, y que éste los cedía a los dibujantes para trabajar, como un encargo. En 1958, en uno de esos contratos entre Bruguera y Ambrós, se establece, entre otras cosas, que el dibujante entregará al año 52 cuadernos de El Capitán Trueno (10 páginas interiores dibujadas a lápiz con los rostros de los personajes ya entintados, y una portada a tinta), que también dibujará 30 entregas de El Capitán Trueno para la revista Pulgarcito, el importe que cobrará Ambrós por estos trabajos, que la propiedad de la obra es del editor, y que entregará diversas láminas con varias posturas de los principales personajes de la serie, con el objeto de que otros dibujantes puedan ilustrar la serie y les sirvan como modelos. Esta fue una de las razones por las que Ambrós abandonó la serie en 1960», continúa Alonso.

El guionista Víctor Mora tampoco estuvo exento de problemas a lo largo del proceso de creación del héroe. Tal y como relata Alonso, «debido a sus actividades políticas como miembro del PSUC (partido comunista catalán que, por supuesto, estaba prohibido durante el franquismo), Mora fue detenido y encerrado en la cárcel Modelo de Barcelona durante algunos meses. Aunque los guiones se escribían tiempo antes de ser publicados, hubo un momento en que alguien tenía que escribir esos guiones, ya que Mora no podía hacerlo desde la cárcel. Así fue como Editorial Bruguera escogió a uno de sus colaboradores, Ricardo Acedo, guionista desde los años cincuenta, que colaboraba en Bruguera escribiendo historietas para la revista Sissi. Acedo escribió los guiones de los números 26 al 45 (publicados entre el 1 de abril y el 12 de agosto de 1957) de los cuadernillos apaisados de El Capitán Trueno, hasta que Mora salió de la cárcel y retomó su trabajo en esta colección».

Rostros intocables Tras Ambrós llegaron nuevos dibujantes para dar cuerpo y vida al capitán y sus secuaces. Sin embargo, el rostro del héroe era intocable. «Editorial Bruguera tenía muy claro que no debía perderse para los lectores el referente gráfico inicial de los personajes dibujados desde el inicio por Ambrós. No querían que nadie cambiase los rostros de los personajes principales, y mucho menos el del propio Capitán Trueno. Así, en ocasiones, pueden verse rostros fotocopiados de los de Ambrós con cuerpos que, es evidente, no pertenecen al mismo dibujante. Sin embargo, dibujantes como Ángel Pardo (en los cuadernillos) y Fuentes Man (en la revista El Capitán Trueno Extra) sí hicieron en muchas ocasiones sus propios rostros de Ambrós. Entre otras razones porque llevaban mucho tiempo en la serie, y porque sus grafismos eran muy personajes y diferenciados», señala la directora de la editorial.

Las muchas aventuras del personaje y sus creadores dieron forma al que hoy es uno de los héroes de ficción más importante de la historia del tebeo español. ¿Las razones? Alonso aduce dos: «La primera, la nostalgia de recuperar un cómic que ha formado parte de la infancia de muchos españoles. La segunda, que sigue representando una idea universal de la justicia, de la defensa de los débiles y los oprimidos».

Los valores de El Capitán Trueno siguen más en alza que nunca. Como recuerda Alonso: «Víctor Mora ha dicho en alguna ocasión que hoy en día El Capitán Trueno sería un defensor de los derechos humanos y esa es una buena definición».

«A sangre y fuego», por 1,25 pesetas «El Capitán Trueno» ve la luz el 14 de mayo 1956, de la mano de la Editorial Bruguera y a razón de 1,25 pesetas el ejemplar. Su título fue «¡A sangre y fuego!». Con una publicación quincenal, su repentino éxito „de una tirada de unos 30.000 ejemplares„ pronto hizo que pasase a ser semanal en febrero de 1957 y a la reedición de todos los ejemplares a 1,50 pesetas. El éxito siguió al alza y en 1960 surge «El Capitán Trueno Extra», que convivió semanalmente con la publicación original hasta 1968. El 18 de marzo de 1968 vio la luz el último número de «El Capitán Trueno Extra» y en agosto del mismo año, el último cuadernillo. Lejos de desaparecer, se sucedieron reediciones bajo el nombre de «El Capitán Trueno Color» hasta 1977. b. j. málaga