Recién finalizado un año muy difícil para la cultura -en el que la obra social de las cajas y bancos ha dejado de invertir en proyectos culturales, las administraciones públicas han recortado el presupuesto de cultura muy por encima que otras partidas, acumulando deudas con numerosos agentes culturales, las subvenciones han desaparecido y el aumento del IVA cultural ha condenado a multitud de proyectos y empresas- conviene analizar algunos otros elementos de interés para el presente y el futuro de la cultura en Málaga.

En primer lugar, felicitarnos por el nombramiento de un gestor cultural de acreditada solvencia y trayectoria como nuevo director del Festival de Cine de Málaga. Al ahorro de suprimir el puesto de coordinador se suma la garantía que supone contar con el rigor y capacidad de trabajo de Juan Antonio Vigar. También ha sido una buena noticia la decisión de reforzar el equipo del Centro Andaluz de las Letras con el asesoramiento del poeta y periodista Juan José Téllez, cuya capacidad de movilización y su condición de «activista cultural» se pudo comprobar en la programación diseñada desde calle Álamos para el Día de la Lectura en Andalucía.

Ha pasado un nuevo año de retrasos para el deseado Museo de Málaga en la Aduana, pero desde el pasado viernes los malagueños y las personas que nos visitan podemos acercarnos de nuevo a algunas obras de su colección en la nueva sala del Palmeral de las Sorpresas. Pese a esta primera exposición, desde la Consejería de Cultura y Deporte se presenta este espacio como destinado a los jóvenes creadores, para favorecer su difusión y ofrecerles un buen espacio en el que mostrar su obra. Algo muy necesario, a juzgar por el talento que siguen demostrando fuera de Málaga algunos de nuestros jóvenes artistas: por ejemplo, hasta el 27 de enero podemos disfrutar de la muy recomendable exposición de la malagueña Arancha Ruiz en el Palacio de los Condes de Gabias de Granada. Esperemos que pronto podamos verla también en su ciudad, que es la nuestra, igual que a muchos de los más de noventa artistas que han participado en el Certamen de Artes Plásticas DESENCAJA 2012, algunas de cuyas obras podremos conocer dentro de un par de semana en la exposición que un año más organiza el Instituto Andaluz de la Juventud en Málaga.

En el sector de las artes escénicas, también destaca el empuje de jóvenes emprendedores que alejándose del pesimismo generalizado, lideran nuevos espacios escénicos de diferentes formatos y en distintos emplazamientos de la ciudad. Apostar por la creación y la cultura, que es un sector de actividad con un escaso margen de beneficio pero que genera externalidades económicas, educativas y de desarrollo social indudables, es hoy más que nunca un acto de rebeldía frente al discurso imperante. Muchas compañías de teatro y danza de nuestra comunidad sobreviven prestando nuevos servicios, diversificando su actividad y repertorio o buscando nuevos espacios y condiciones de exhibición. Con esta capacidad de reinvención e iniciativa, también demuestran por qué interesa al conjunto de la sociedad y la economía apostar por la creatividad, la innovación y la cultura.

Un reciente estudio financiado por la Unión Europea destaca que el tamaño de los sectores culturales es la variable más determinante para explicar las diferencias de renta per cápita de las regiones europeas, dada la superior productividad de los trabajadores del sector cultural (el doble, por ejemplo, a los del sector turístico) y su capacidad de transferencia de innovación, entre otros aspectos.

En ese contexto, hace pocos días se aprobó en la Comisión de Cultura del Parlamento Europeo el Programa Europa Creativa 2014-2020. Este nuevo programa marco, que unifica los anteriores programas MEDIA, Media Mundus y CULTURA, incorpora un nuevo fondo de garantía para la financiación de PYMES del sector cultural, con el objetivo de facilitar el acceso a préstamos del sector privado por parte de pymes. Una vez aprobado por la Comisión, continuará su tramitación en 2013, año en el que esperamos que nuestros Europarlamentarios sean capaces de introducir en la normativa mecanismos de corrección que garanticen que el Fondo Europeo de Inversiones adapta sus mecanismos de gestión al modelo de negocio del sector cultural y las necesidades de capitalización de los distintos subsectores. Igualmente, sería muy deseable que los programas «heredados» del antiguo programa Cultura 2007-2013, incorporen líneas específicas para pymes y autónomos, que componen la inmensa mayoría de profesionales del ámbito privado de la cultura, evitando así que sus proyectos tengan que competir en la búsqueda de apoyos con administraciones públicas, universidades o grandes fundaciones, que cuentan con unos recursos económicos, humanos y técnicos que hacen absolutamente desproporcionada, y por ello injusta, la competencia.

Esperamos que en 2013 se aprueben las anunciadas leyes de patrocinio y mecenazgo estatal y autonómica, pero también se anuncia otro proyecto legislativo al que no se ha prestado la misma atención pero puede tener mucho que ver con la evolución del sector cultural: la Ley para la Racionalización y Sostenibilidad de la Administración Local. Los diferentes anteproyectos que se han dado a conocer generan dudas entre los profesionales por cómo puede afectar a las competencias en cultura de los ayuntamientos y por lo tanto a los programas y espacios escénicos, museológicos, patrimoniales o de participación ciudadanas de titularidad o gestión municipal, y con ello al empleo y al desarrollo cultural. Dado que la Ley en su propio nombre llama a la Racionalidad, no está de más recordar que los países más desarrollados económica, social y materialmente lo son porque son más cultos, y no al revés, y que el tratamiento que demos a la cultura refleja quizá más que ninguna otra política, el tipo de sociedad que queremos construir.

* Rafael Burgos Lucena