El primer Lp de Hazte Lapón es un disco difícilmente clasificable a través de las etiquetas habituales. No es noise al uso. Quizás ni siquiera sea noise, por más que sus canciones beban de la fuente de grupos más o menos etiquetados como de ruido - como Surfin' Bichos, Pixies o Yo la Tengo -. Este 'Bromas Privadas en Lugares Público's es otra cosa, porque aquí las guitarras nunca terminan de estallar y se encuentran en una constante, pero equilibrada tensión con el entramado de arreglos -teclados, instrumentos de cuerda y de viento-metal- que incorpora cada una de sus canciones. Al respecto, el propio Lolo González, al referirse a las posibles etiquetas del álbum, ha bromeado en alguna ocasión afirmando que le gustaría que el disco fuese recordado como el segundo disco noise barroco de la historia, tras el Giant Steps de los Boo Radleys - que marcó un punto de inflexión en el sonido, hasta entonces abiertamente shoegaze, de esta banda -.

Las canciones de 'Bromas Privadas en Lugares Públicos', como la mayoría de las que hace Hazte Lapón, giran en torno al eje de las relaciones de amor en sus diferentes estadios. Y a partir de aquí están impregnadas de los pensamientos obsesivos y neuróticos que generan las frustraciones adolescentes - Siempre Fui el Último (al que cogían al fútbol), Torpeza Psicomotriz - la dialéctica de pareja - Carne Tártara, Muerte en Bangkok, Memoria Boomerang - y los terrores adultos - Métodos Anticonceptivos, Rómpase en Caso de Incendio -. Aunque con un fuerte componente autobiográfico, las canciones nos hablan de sentimientos con los que cualquiera puede sentirse identificado en algún momento de su vida. El mérito se encuentra en identificarlos y en el lenguaje utilizado para expresarlos, más o menos opaco e irónico, pero siempre brillante y que en ningún caso oculta lo dramático de las situaciones con que se conectan. Y es que, como ha dicho Lolo en alguna ocasión, "nuestras canciones hablan de cosas muy serias".

En el disco también hay espacio para la crítica social y política - En Construcción - y para el puro y simple surrealismo - Permanezca en sintonía -. El LP termina con la absolutamente deliciosa Encantandora, epílogo que, al modo de 'La Copa de Europa', del 'Una Semana en el Motor de un Autobús' de Los Planetas, invita a la calma, a la tranquilidad, tras la tormenta emocional expresada en los cortes anteriores.

Pero lo neurótico no se refleja sólo en el contenido de las canciones del disco, se extiende a su producción que, por ambiciosa y por lo dilatada en el tiempo (más de un año entre la grabación y la masterización), termina convertida en un proceso obsesivo y tedioso de búsqueda de la perfección que nunca se encuentra. Así, las interminables sesiones de trabajo, en las que se introducían más y más cambios sobre las versiones nunca definitivas de las canciones, arrojan como resultado un sonido muy personal, alejado de la limpieza a la que nos tienen acostumbrados hoy las producciones del indie patrio. También ahí reside la originalidad, el valor y, en definitiva, la verdad de este álbum.

En conclusión, este Bromas Privadas en Lugares Públicos es un disco debut bonito y emocionante, compuesto por 13 canciones bien hechas y perfectamente individualizables -y esto es muy difícil de encontrar últimamente - tras un par de escuchas. Nadie que valore el pop de melodías, de densidad sonora y de letras con contenido debería perdérselo.